Muchas veces, la razón por la que una persona no logra tener éxito no es por falta de capacidad, ni por mala suerte, sino por culpa de los padres.
Esta frase suena dura, pero es tan real que duele.
Cuando tenía poco más de veinte años, aún trabajaba en el sector público con un sueldo de 3000 yuanes.
En aquel entonces, el bitcoin apenas costaba unos cientos de yuanes. Leía en los foros cómo la gente discutía sobre “descentralización” y la “revolución de las monedas digitales”, y en mi interior sentía una corazonada: esto es una oportunidad, quizás una bifurcación del destino.
Pensé en dejar mi
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