¿Por qué en los ciclos, lo más difícil no es juzgar la dirección, sino no hacer nada
En la mitad del ciclo, muchas personas caen en una ilusión: siempre que acierten en la dirección, lo demás será solo cuestión de ejecución. Pero después de pasar por varias rondas de mercado, te darás cuenta de que juzgar la dirección nunca ha sido lo más difícil; lo realmente difícil es, habiendo entendido aproximadamente la dirección, poder resistir la inacción.
Especialmente en el entorno actual, donde las expectativas macroeconómicas se revisan repetidamente, las buenas noticias y las malas se suceden, y los precios tienen explicaciones que parecen razonables en ambos lados. No es que no tengas juicio, sino que ninguna decisión que tomes puede sostenerte emocional y económicamente para actuar. El mercado no te da señales claras, pero sí constantemente te presenta tentaciones.
Así, aparece la fase que más consume a las personas: sabes que en este momento no es rentable actuar, pero cada día te recuerdan si deberías hacer algo. Leer noticias, consultar opiniones, revisar las operaciones de otros, toda la información te insinúa que no actuar en sí mismo es un error.
Pero la verdadera prueba en un ciclo, precisamente, está aquí.
El taoísmo habla del Wu Wei, que a menudo se malinterpreta como pasividad y abandono. Pero en el trading, Wu Wei no significa no pensar, sino que, cuando no tienes ventajas claras, rechazas actuar para calmar la ansiedad. No es que no puedas actuar, sino que eliges no entregarte a una situación aún inmadura.
Muchas pérdidas no ocurren cuando se comete un error de juicio, sino en el instante en que, sabiendo que no deberías mover, aún así lo haces. En ese momento, ya no estás juzgando la dirección, sino que tu acción refleja tu inquietud interior. El mercado no perdona.
Poco a poco, te darás cuenta de que no hacer nada en realidad requiere un nivel muy alto. Requiere confiar lo suficiente en tu sistema, tener un ritmo firme, y soportar una presión de tiempo sin ver resultados inmediatos. En esa etapa, no hay retroalimentación positiva, ni aplausos, ni siquiera la certeza de si has hecho bien o mal.
Y precisamente, los ciclos tienden a prolongar esta fase una y otra vez.
Los traders más maduros suelen aprender, en medio de esa tensión, a extraer su energía de las fluctuaciones de precios. Comienzan a centrarse no en la próxima vela K, sino en si su estado emocional es estable, si su ejecución es limpia, y si pueden mantener la paciencia en días en los que no pasa nada.
Crees que están esperando una tendencia, pero en realidad están esperando volver a un estado en el que puedan actuar con claridad. Cuando ese momento llega, actúan muy poco, pero con una decisión extraordinaria.
Los ciclos nunca premian a quienes actúan con frecuencia; prefieren a quienes saben cuándo detenerse. La capacidad de juzgar la dirección puede ser alcanzada por muchos, pero quienes logran mantenerse firmes en los largos períodos sin movimiento, son los que realmente tienen la habilidad de convertir juicio en resultados.
Por eso, cuando te das cuenta de que entiendes la situación pero no quieres actuar; que tienes una dirección en mente pero prefieres esperar, eso no es una señal de retroceso. Es un signo de que estás empezando a comprender cómo funciona realmente el ciclo.
En este mercado, quienes pueden resistir no hacer nada, suelen ser los últimos que permanecen en el campo.
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¿Por qué en los ciclos, lo más difícil no es juzgar la dirección, sino no hacer nada
En la mitad del ciclo, muchas personas caen en una ilusión: siempre que acierten en la dirección, lo demás será solo cuestión de ejecución. Pero después de pasar por varias rondas de mercado, te darás cuenta de que juzgar la dirección nunca ha sido lo más difícil; lo realmente difícil es, habiendo entendido aproximadamente la dirección, poder resistir la inacción.
Especialmente en el entorno actual, donde las expectativas macroeconómicas se revisan repetidamente, las buenas noticias y las malas se suceden, y los precios tienen explicaciones que parecen razonables en ambos lados. No es que no tengas juicio, sino que ninguna decisión que tomes puede sostenerte emocional y económicamente para actuar. El mercado no te da señales claras, pero sí constantemente te presenta tentaciones.
Así, aparece la fase que más consume a las personas: sabes que en este momento no es rentable actuar, pero cada día te recuerdan si deberías hacer algo. Leer noticias, consultar opiniones, revisar las operaciones de otros, toda la información te insinúa que no actuar en sí mismo es un error.
Pero la verdadera prueba en un ciclo, precisamente, está aquí.
El taoísmo habla del Wu Wei, que a menudo se malinterpreta como pasividad y abandono. Pero en el trading, Wu Wei no significa no pensar, sino que, cuando no tienes ventajas claras, rechazas actuar para calmar la ansiedad. No es que no puedas actuar, sino que eliges no entregarte a una situación aún inmadura.
Muchas pérdidas no ocurren cuando se comete un error de juicio, sino en el instante en que, sabiendo que no deberías mover, aún así lo haces. En ese momento, ya no estás juzgando la dirección, sino que tu acción refleja tu inquietud interior. El mercado no perdona.
Poco a poco, te darás cuenta de que no hacer nada en realidad requiere un nivel muy alto. Requiere confiar lo suficiente en tu sistema, tener un ritmo firme, y soportar una presión de tiempo sin ver resultados inmediatos. En esa etapa, no hay retroalimentación positiva, ni aplausos, ni siquiera la certeza de si has hecho bien o mal.
Y precisamente, los ciclos tienden a prolongar esta fase una y otra vez.
Los traders más maduros suelen aprender, en medio de esa tensión, a extraer su energía de las fluctuaciones de precios. Comienzan a centrarse no en la próxima vela K, sino en si su estado emocional es estable, si su ejecución es limpia, y si pueden mantener la paciencia en días en los que no pasa nada.
Crees que están esperando una tendencia, pero en realidad están esperando volver a un estado en el que puedan actuar con claridad. Cuando ese momento llega, actúan muy poco, pero con una decisión extraordinaria.
Los ciclos nunca premian a quienes actúan con frecuencia; prefieren a quienes saben cuándo detenerse. La capacidad de juzgar la dirección puede ser alcanzada por muchos, pero quienes logran mantenerse firmes en los largos períodos sin movimiento, son los que realmente tienen la habilidad de convertir juicio en resultados.
Por eso, cuando te das cuenta de que entiendes la situación pero no quieres actuar; que tienes una dirección en mente pero prefieres esperar, eso no es una señal de retroceso. Es un signo de que estás empezando a comprender cómo funciona realmente el ciclo.
En este mercado, quienes pueden resistir no hacer nada, suelen ser los últimos que permanecen en el campo.