Una verdadera tormenta se está gestando antes de 2026.
Miles de millones de dólares en bonos del gobierno de EE. UU. vencerán en 2026, no en 2030, no en 2040, sino en 2026. Estas deudas se tomaron en un entorno de tasas cercanas a 0, ahora deben ser refinanciadas en un entorno de altas tasas de interés. El único resultado posible es: un aumento estructural en los gastos por intereses. O se aumentan los impuestos, o se recortan los gastos, o se sacrifica el dólar, de lo contrario, esta bomba de tiempo explotará tarde o temprano. Cuando la deuda soberana vence en esta escala, ningún activo puede mantenerse indemne: acciones, bonos, bienes raíces, criptomonedas, todos serán reevaluados.
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Una verdadera tormenta se está gestando antes de 2026.
Miles de millones de dólares en bonos del gobierno de EE. UU. vencerán en 2026,
no en 2030, no en 2040, sino en 2026.
Estas deudas se tomaron en un entorno de tasas cercanas a 0,
ahora deben ser refinanciadas en un entorno de altas tasas de interés.
El único resultado posible es:
un aumento estructural en los gastos por intereses.
O se aumentan los impuestos, o se recortan los gastos, o se sacrifica el dólar,
de lo contrario, esta bomba de tiempo explotará tarde o temprano.
Cuando la deuda soberana vence en esta escala,
ningún activo puede mantenerse indemne:
acciones, bonos, bienes raíces, criptomonedas, todos serán reevaluados.