En el mercado de criptomonedas, después de tantos años de batallar, creo que lo que más me alegra no son esos números en la cuenta, sino el hecho de no haber sido eliminado por completo en este juego.

Hace dos años pasé por una situación en la que mi cuenta fue directamente cortada a la mitad. En ese momento, mi estado era muy malo—sin dormir durante varias noches seguidas, y al acostarme lo primero que hacía era tocar el móvil para mirar las gráficas, como si estuviera poseído.

Luego, poco a poco, hubo un giro. Me di cuenta de un hecho muy doloroso: que los minoristas pierden dinero realmente no es por no ser lo suficientemente diligentes o inteligentes, sino porque ponen toda su energía en enfrentarse al mercado. Esa forma de enfrentarse siempre ha sido contraria a la naturaleza humana.

Los dos errores más comunes, en los que la mayoría cae, son los siguientes.

El primero es aguantar a toda costa cuando el precio cae, repitiendo en la cabeza la frase «espera un poco más, volveré a estar en positivo», como si estuviera esperando que apareciera un momento mágico. El segundo es entrar en pánico con una pequeña subida, temiendo que las ganancias vuelen, y de inmediato cerrar la posición con ganancias.

Pero el mercado no cede solo porque tengas suerte o buena fortuna. Al contrario, los que realmente sobreviven hacen esto: cuando la tendencia es favorable, tienen la capacidad de mantener; cuando hay una caída y rompe soportes, tienen el valor de aceptar la derrota. No es nada complicado, simplemente consiste en alargar el ciclo de ganancias y reducir las pérdidas. Esto no se hace para hacerse rico de la noche a la mañana, sino para asegurarse de no ser arrastrado completamente por el mercado.

Hay una señal clave que muchos no notan: el volumen. Entenderlo como la «respiración» del mercado es correcto.

Las criptomonedas con volumen reducido y crecimiento lento suelen tener espacio para imaginar más. Una vez que rompen un soporte clave y luego se mantienen en rango con volumen reducido, generalmente es una segunda oportunidad para entrar. Por otro lado, si el volumen aumenta pero no logra mover el precio, hay que tener cuidado, eso indica que nadie realmente apoya esa tendencia; si hay un volumen explosivo y el precio sube rápidamente, puede parecer emocionante, pero lo más probable es que siga una fuerte volatilidad o incluso una corrección.

Sobre la gestión de posiciones, he cometido muchos errores. En mis primeros años, creía ciegamente en la idea de que «cuantos más activos, más diversificación de riesgos». Pero en realidad, ¿qué pasa? Cuantos más activos, más confusión mental, y al final, no puedo evitar hacer operaciones sin sentido. Ahora, con la experiencia, creo que dos o tres activos son suficientes. La raíz del problema no es la complejidad del mercado, sino la falta de autocontrol.

El trading a corto plazo tampoco carece de reglas. Después de una caída rápida, suele haber oportunidades de rebote, algo que muchos ignoran. Cuando se acerca el cierre, si de repente sube, lo más probable es que al día siguiente tenga una corrección. Estos detalles se repiten constantemente.

Y finalmente, dos consejos para salvar la vida.

Uno, después de obtener grandes ganancias, es fundamental estar en posición de mantener en efectivo, descansar. Aquí está el punto más peligroso del mercado: justo cuando crees que has entendido algo y quieres empezar a hacer grandes movimientos, el mercado te arrebata esa ilusión y te hace perder el control. Otro consejo es no forzar las operaciones cuando estás perdiendo dinero; espera a que las emociones se calmen y el ritmo se aclare antes de volver a entrar.

El mercado siempre está allí, lo difícil es controlar esas manos que siempre quieren hacer operaciones sin pensar.