¿Recuerdas aquellos años, cuántas personas gritaban que Bitcoin era una estafa? Muy pocos fueron los que se atrevieron a apostar todo cuando todos dudaban.

Hacer lo que otros no se atreven a hacer, pensar lo que otros no se atreven a pensar, así es como la historia siempre se crea. Si en su momento esa generación hubiera sido disuadida por la opinión pública, sin su perseverancia y poder de compra, no habríamos visto esos momentos históricos de máximos récord.

No entender, no atreverse a comprar, estar lleno de incertidumbre—estas actitudes alguna vez detuvieron a la mayoría. Y los pocos que rompieron esas barreras mentales, ya han sido testigos de la evolución del mercado.

Lo interesante es que Bitcoin nunca ha sido un activo de refugio. En esencia, impulsa la avaricia en el corazón de las personas—la búsqueda de riqueza, oportunidades y cambiar el destino. Cuando el mercado fluctúa, el pánico y la codicia se entrelazan, pero en una perspectiva a largo plazo, lo que impulsa este mercado siempre es la avaricia.