#数字货币市场回升 En 2018, tomé una decisión que hizo que toda la familia saltara de la indignación: metí los 70,000 yuanes que había ahorrado durante dos años, que originalmente iba a usar como pago inicial para la casa de matrimonio, y los invertí todos en Bitcoin, que en ese momento costaba 550 dólares por moneda.
La familia se puso ansiosa y los amigos también aconsejaron. Alguien dijo directamente que estaba loco. Pero en ese momento estaba convencido de una cosa: las oportunidades no vendrán a ti si no te lanzas a por ellas.
Una tarde de un día del año siguiente, en la pequeña casa que alquilé en Chiang Mai, el viento caliente entraba por la ventana y de repente mi teléfono vibró. Al abrirlo, vi el saldo de la cuenta: 1,310,000.
El corazón casi salta de la garganta.
70 mil se convirtió en 1.31 millones. Realmente pensé que había tenido suerte, e incluso comencé a planear cómo sería mi vida en los próximos años.
Pero el mercado de criptomonedas nunca se acomoda a nadie.
El mercado bajista llegó de forma repentina. Las velas K parecen caer por un acantilado, y los grandes jugadores se quedan en silencio. En dos semanas, el estado de ánimo pasó de la euforia a la apatía: primero fue incredulidad, luego suerte, y al final, una completa confusión.
Estoy sentado en esa vieja silla de madera en Chiang Mai, mirando la pantalla. Los números caen como un balón desinflado, hisss hacia abajo: 1,31 millones, 1,12 millones, 880 mil, 640 mil...
A finales de 2018, solo quedaban 410,000. Las palmas de las manos estaban llenas de sudor, la espalda fría, incluso dudaba si el cielo iba a castigarme.
Alguien me ha preguntado si me arrepiento. ¿Decir que no me arrepiento? Eso es una tontería.
Pero si pudiera empezar de nuevo, probablemente haría lo mismo. Porque lo que realmente me hizo recordar no fue el momento culminante de 70,000 a 1,310,000, sino la dura caída de 1,310,000 a 410,000.
Esa caída me enseñó una cosa: este mercado no es una oportunidad, es un juego de cartas. No se basa en la suerte, se basa en la comprensión y la determinación.
Pregúntate a ti mismo: ¿planeas seguir siendo un observador? ¿O quieres ser el que se ríe al final?
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ZhengyangAde
· hace3h
2018 ¿dónde hay Bitcoin tan barato?
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quietly_staking
· hace8h
De verdad, esta es la historia de la auto-redención de un jugador, de 1.31 millones a 410 mil y aún puede presumir.
Perder tanto dinero y aún así decir que ha tenido una revelación, no solo yo no lo creo, sino que su madre probablemente también querría darle una paliza.
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ApeEscapeArtist
· hace8h
La historia de Chiang Mai es agotadora de escuchar, pero a decir verdad, esta operación fue realmente dura. De 1.31 millones a 410 mil, debo decir que este es el verdadero lugar donde se debe pagar la matrícula. Muchas personas ganaron y empezaron a presumir, sin saber que las pérdidas son el mejor maestro.
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bridge_anxiety
· hace8h
La silla rota de Chiang Mai, he escuchado demasiadas historias como esta, ¿cuántos realmente llegaron al final?
#数字货币市场回升 En 2018, tomé una decisión que hizo que toda la familia saltara de la indignación: metí los 70,000 yuanes que había ahorrado durante dos años, que originalmente iba a usar como pago inicial para la casa de matrimonio, y los invertí todos en Bitcoin, que en ese momento costaba 550 dólares por moneda.
La familia se puso ansiosa y los amigos también aconsejaron. Alguien dijo directamente que estaba loco. Pero en ese momento estaba convencido de una cosa: las oportunidades no vendrán a ti si no te lanzas a por ellas.
Una tarde de un día del año siguiente, en la pequeña casa que alquilé en Chiang Mai, el viento caliente entraba por la ventana y de repente mi teléfono vibró. Al abrirlo, vi el saldo de la cuenta: 1,310,000.
El corazón casi salta de la garganta.
70 mil se convirtió en 1.31 millones. Realmente pensé que había tenido suerte, e incluso comencé a planear cómo sería mi vida en los próximos años.
Pero el mercado de criptomonedas nunca se acomoda a nadie.
El mercado bajista llegó de forma repentina. Las velas K parecen caer por un acantilado, y los grandes jugadores se quedan en silencio. En dos semanas, el estado de ánimo pasó de la euforia a la apatía: primero fue incredulidad, luego suerte, y al final, una completa confusión.
Estoy sentado en esa vieja silla de madera en Chiang Mai, mirando la pantalla. Los números caen como un balón desinflado, hisss hacia abajo: 1,31 millones, 1,12 millones, 880 mil, 640 mil...
A finales de 2018, solo quedaban 410,000. Las palmas de las manos estaban llenas de sudor, la espalda fría, incluso dudaba si el cielo iba a castigarme.
Alguien me ha preguntado si me arrepiento. ¿Decir que no me arrepiento? Eso es una tontería.
Pero si pudiera empezar de nuevo, probablemente haría lo mismo. Porque lo que realmente me hizo recordar no fue el momento culminante de 70,000 a 1,310,000, sino la dura caída de 1,310,000 a 410,000.
Esa caída me enseñó una cosa: este mercado no es una oportunidad, es un juego de cartas. No se basa en la suerte, se basa en la comprensión y la determinación.
Pregúntate a ti mismo: ¿planeas seguir siendo un observador? ¿O quieres ser el que se ríe al final?
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