Los que han jugado con contratos lo entienden, no es comercio, es cambiar tu sueño por una falsa sensación de certeza. Cuando te acuestas, aún sostienes tu posición, al cerrar los ojos, tu mente está llena de líneas de obtener liquidación, y cuando te despiertas a medianoche, la primera reacción no es beber agua, sino abrir las velas japonesas.
Lo más aterrador de los contratos no es perder dinero, sino hacer que la gente piense "solo necesito vigilar un poco más y podré recuperarlo". Como resultado, cuanto más miran, más confusos se vuelven, cuanto más calculan, más nerviosos se sienten, vigilando el mercado hasta el amanecer, con las emociones llevándolos a donde va el mercado, el sueño agotado por el apalancamiento, y al día siguiente continúan operando como un muerto viviente. Lo que se pierde no es el capital, sino la energía, la concentración y el juicio.
En otras palabras, mientras la posición esté abierta, siempre estarás en un estado de "siempre a punto de ser despertado". No puedes dormir tranquilo, te despiertas demasiado rápido, y tu corazón late más rápido que el mercado.
Los contratos no son un atajo para ganar dinero, son el final de la calidad del sueño.
Crees que estás desvelándote esperando una oportunidad, en realidad estás convirtiéndote en una oportunidad.
Lo más aterrador de los contratos no es perder dinero, sino hacer que la gente piense "solo necesito vigilar un poco más y podré recuperarlo". Como resultado, cuanto más miran, más confusos se vuelven, cuanto más calculan, más nerviosos se sienten, vigilando el mercado hasta el amanecer, con las emociones llevándolos a donde va el mercado, el sueño agotado por el apalancamiento, y al día siguiente continúan operando como un muerto viviente. Lo que se pierde no es el capital, sino la energía, la concentración y el juicio.
En otras palabras, mientras la posición esté abierta, siempre estarás en un estado de "siempre a punto de ser despertado". No puedes dormir tranquilo, te despiertas demasiado rápido, y tu corazón late más rápido que el mercado.
Los contratos no son un atajo para ganar dinero, son el final de la calidad del sueño.
Crees que estás desvelándote esperando una oportunidad, en realidad estás convirtiéndote en una oportunidad.






