La vida es muy inescrupulosa. Gastas y tragas con gran habilidad todas las cosas que intentaste conseguir. En la vejez, a una persona no le importa la riqueza, el poder y cosas similares por las que el ego ha tenido mucha codicia durante la vida. En consecuencia, en este período, solo las cualidades del alma permanecen con la persona, como la fe, la dignidad, la bondad, la empatía y el amor. Sin ellos, el hombre, en la vejez, es un esqueleto viviente.
Imagínense cómo está en la tumba si no tiene estas cualidades eternas...
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La vida es muy inescrupulosa. Gastas y tragas con gran habilidad todas las cosas que intentaste conseguir. En la vejez, a una persona no le importa la riqueza, el poder y cosas similares por las que el ego ha tenido mucha codicia durante la vida. En consecuencia, en este período, solo las cualidades del alma permanecen con la persona, como la fe, la dignidad, la bondad, la empatía y el amor. Sin ellos, el hombre, en la vejez, es un esqueleto viviente.
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