Hace un tiempo estuve experimentando con un sistema de pago de agentes AI llamado Kite en la red de prueba, y la verdad es que fue bastante interesante. Al principio no estaba muy convencido—en estos tiempos hay muchas cadenas públicas que se autodenominan AI, pero después de unos días, mi opinión cambió realmente.

Desde el punto de vista práctico, crear una cartera de agentes en la red de prueba de Ozone fue sorprendentemente sencillo. Hay que tener en cuenta que las carteras multifirma tradicionales son tan complejas que pueden volver loco a cualquiera, pero esta solución utiliza una estructura de tres niveles de identidad para gestionarlo: mi cuenta principal tiene los permisos más altos, el agente AI recibe permisos en un nivel intermedio, y además hay una capa de sesión temporal para manejar transacciones dispersas. La inteligencia de este diseño radica en que puedo establecer un límite diario de 50 USDC para el agente, y si se supera, se rechaza automáticamente, sin preocuparme de que pueda gastar todo el dinero por su cuenta.

Lo más impactante fue la experiencia con micropagos. El escenario de prueba era así: cada vez que se realiza una llamada API, el agente paga 0.00001 dólares. En Ethereum, esa cantidad sería inviable, ya que las tarifas de gas te matarían. Pero Kite utiliza la tecnología de canales de estado, que reduce los costos de transacción a casi nada, y el tiempo de respuesta se mantiene por debajo de los 100 milisegundos. Ejecuté varias centenas de pagos pequeños de una sola vez, y todo el proceso fue increíblemente fluido.

Por supuesto, también encontré algunos inconvenientes. Cerrar un canal de estado en colaboración fue muy sencillo, pero probé específicamente la situación de cierre por disputa y descubrí que hay que esperar un período de challenge para completar la resolución. Esta parte de la experiencia es algo más compleja, aunque en la mayoría de los escenarios normales probablemente no sea necesaria.