La salida del Reino Unido de la UE, esta tormenta política que abarcó desde 2016 hasta 2020, se ha convertido en uno de los eventos más significativos y transformadores en la historia moderna de las finanzas. Desde la decisión inicial en el referéndum, pasando por las complejas negociaciones, hasta la salida oficial el 31 de enero de 2020, el Brexit no solo reescribió el mapa económico del Reino Unido, sino que también impactó profundamente en los mercados bursátiles globales, el mercado de divisas y los patrones comerciales. Para los inversores, comprender el contexto y el impacto del Brexit en los mercados se ha convertido en una lección imprescindible para la formulación de estrategias de inversión.
¿Por qué surgió el Brexit? Tres grandes impulsores que generaron un giro histórico
El 23 de junio de 2016, el Reino Unido celebró un referéndum sobre su salida de la UE, y finalmente decidió hacerlo con un apoyo del 51.9%. Este resultado sorprendió a nivel mundial, ya que en el último referéndum de 1975, el Reino Unido había optado por permanecer en la UE con un 62.7% de apoyo. ¿Qué ocurrió exactamente para que la opinión pública británica cambiara de opinión tras décadas?
El desequilibrio económico fue la principal causa. Tras la crisis de las hipotecas subprime en 2008, las estructuras internas de la UE se vieron cada vez más desequilibradas: los países centrales dominaban la producción, mientras que los países periféricos enfrentaban dificultades en el consumo. La crisis de la deuda soberana siguió, y aunque el Reino Unido no forma parte del euro, se vio obligado a participar en los rescates de sus aliados endeudados. Esta carga económica pasiva generó profundas dudas sobre el sistema de la UE, alimentando un creciente sentimiento “anti-UE”.
El desgaste político intensificó las diferencias. El entonces primer ministro David Cameron, antes de las elecciones de 2015, enfrentado a una ventaja en las encuestas por el Partido Laborista, tomó una decisión audaz: prometer un referéndum sobre el Brexit si lograba la reelección. Su estrategia era que, dado que la mayoría de los parlamentarios preferían permanecer en la UE, el resultado del referéndum sería favorable. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado: los partidarios del Brexit ganaron por un estrecho margen, y Cameron dimitió. Esta apuesta política, que puso en juego el destino del país, terminó en fracaso.
La crisis migratoria fue la última gota que colmó el vaso. En 2015, la oleada de refugiados en Europa afectó a todos los países, y el Reino Unido, como miembro de la UE, tuvo que aceptar refugiados. La llegada masiva de inmigrantes no solo afectó las oportunidades laborales y los recursos en educación y sanidad, sino que también elevó los precios de la vivienda. Para la población británica acostumbrada a bajos niveles de desempleo, especialmente en las clases más bajas, limitar la inmigración se convirtió en una demanda central en el voto por el Brexit.
El largo camino de las negociaciones: tres nudos en un maratón político de cuatro años
El proceso de negociación del Brexit fue sumamente complejo y lleno de obstáculos: desde el referéndum en 2016 hasta la salida oficial en 2020, transcurrieron cuatro años, dos elecciones generales y tres cambios de primer ministro.
Primero, la lucha por los acuerdos. La UE y el Reino Unido propusieron varias opciones: el plan Chequers, el Brexit blando, el Brexit duro y la salida sin acuerdo. Theresa May presentó tres veces un acuerdo, pero fue rechazado en el Parlamento con un resultado histórico de 432 contra 202 (15 de enero de 2019). Solo cuando Boris Johnson asumió como primer ministro, la situación empezó a cambiar. El Partido Conservador ganó en las elecciones de diciembre de 2019 con más del 78% de apoyo —la mayor victoria desde 1987—, lo que sentó las bases para la aprobación final del acuerdo.
En segundo lugar, la profunda división interna en el Reino Unido. La mayoría de los parlamentarios, incluyendo a Cameron, inicialmente apoyaban la permanencia en la UE, lo que hizo que el proceso de salida fuera extremadamente difícil. Los partidos políticos se enfrentaron en una lucha constante entre “Brexit suave” (mantener vínculos estrechos con la UE) y “Brexit duro” (romper completamente los lazos), sin llegar a un consenso.
El tercer gran problema fue la frontera en Irlanda del Norte. Tras la salida, Irlanda del Norte y la República de Irlanda se convertirían en la única frontera terrestre entre el Reino Unido y la UE. Aunque ambas partes acordaron evitar una “frontera dura” (reinstaurar controles aduaneros), no se ha logrado aún una solución práctica para ello, y este problema sigue siendo un obstáculo recurrente en las negociaciones.
Cronología del Brexit
Junio 2016: Referéndum decide salir; Theresa May asume en julio
Marzo 2017: Reino Unido activa el artículo 50, inicia negociaciones formales
Noviembre 2018: Acuerdo de salida alcanzado en principio con la UE
Enero 2019: Primer rechazo del acuerdo en el Parlamento
Julio 2019: Boris Johnson asume como primer ministro
Octubre 2019: Se logra un nuevo acuerdo de salida
31 de enero de 2020: Reino Unido sale oficialmente, inicia período de transición
31 de diciembre de 2020: Finaliza la transición, entra en vigor el acuerdo comercial
Beneficios del Brexit: soberanía y recursos recuperados
El Brexit ha traído beneficios tangibles para el Reino Unido. En primer lugar, el país ya no soporta la pesada carga de las contribuciones a la UE. Según estadísticas, antes del Brexit, el Reino Unido pagaba aproximadamente 8.45 mil millones de libras al año a la UE (unos 23 millones diarios), recursos que ahora pueden destinarse a la inversión en infraestructura, sanidad y educación.
En segundo lugar, el Reino Unido recupera plena autonomía política y económica. Dentro del marco de la UE, no podía firmar acuerdos comerciales independientes ni desarrollar relaciones económicas con otros países. Tras la salida, puede negociar tratados bilaterales con socios globales, fortaleciendo su posición internacional.
Tercero, la cuestión migratoria se ha flexibilizado. Ahora, el Reino Unido puede definir su política migratoria sin estar obligado a aceptar refugiados según las directrices de la UE. Esto, en el corto plazo, ayuda a aliviar la presión sobre el empleo y los recursos públicos.
Desventajas del Brexit: barreras comerciales y costos económicos
No obstante, el costo del Brexit también es alto y de largo alcance. El impacto más directo se observa en la ruptura de los patrones comerciales. La UE ha sido durante mucho tiempo el principal socio comercial del Reino Unido —representando el 46.9% de las exportaciones y el 52.3% de las importaciones—. Estados Unidos representa solo el 11.9%, y China el 5.1%. Tras el Brexit, la eliminación de los beneficios del comercio sin aranceles entre el Reino Unido y la UE obliga a las empresas a enfrentar nuevos aranceles y retrasos en los controles aduaneros.
Esto afecta especialmente a sectores dependientes del mercado europeo, como la fabricación de automóviles, los servicios financieros, la farmacéutica y la logística. Se prevé que, a medio plazo, el Brexit reduzca el crecimiento económico del Reino Unido entre un 0.5% y un 2%.
Repercusiones en los mercados financieros globales
El impacto del Brexit en los mercados financieros abarca varias dimensiones.
En las bolsas de valores, tras la entrada en vigor en 2020, las acciones del sector financiero europeo, fabricantes de automóviles y aerolíneas experimentaron volatilidad significativa. Estos sectores son los más sensibles a los cambios en las relaciones comerciales entre Reino Unido y UE. Aunque en 2021 se alcanzó un acuerdo comercial, la incertidumbre persiste, y las empresas de logística y transporte continúan adaptándose a las nuevas reglas aduaneras, manteniendo cierta presión en los mercados.
El mercado de divisas fue el más afectado. La libra esterlina sufrió fuertes fluctuaciones durante el proceso. A principios de 2020, tras la confirmación del Brexit, la libra se recuperó momentáneamente; sin embargo, con la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania y el inicio de ciclos de aumento de tasas de interés por parte de bancos centrales, en 2022 la libra alcanzó niveles históricos de cambio. La falta de impulso para subir y los riesgos a la baja permanecen. Tras un giro en la política del Banco de Inglaterra hacia una postura más flexible, la libra empezó a estabilizarse.
Desde una perspectiva macroeconómica, el Brexit ha redefinido los límites del comercio global, afectando a las empresas con cadenas de suministro transnacionales y promoviendo una reevaluación de los riesgos geopolíticos en los mercados financieros.
Cómo deben actuar los inversores: oportunidades y riesgos en la era del Brexit
Para los traders, el Brexit ha abierto nuevas oportunidades de inversión. La mayor volatilidad de la libra ofrece ventanas para operar en divisas y aprovechar los movimientos en los tipos de cambio. Además, algunas empresas muy afectadas por el Brexit están subvaloradas, lo que presenta oportunidades de inversión a largo plazo.
No obstante, es fundamental establecer sistemas de gestión de riesgos. La incertidumbre económica en el Reino Unido aún persiste, y las expectativas de beneficios de las empresas continúan ajustándose. Los inversores con posiciones en activos británicos deben seguir de cerca la evolución de los acuerdos comerciales, la tendencia del tipo de cambio de la libra y las políticas del Banco de Inglaterra.
El Brexit presenta tanto oportunidades como desafíos; el éxito radica en cómo aprovechar los cambios y evitar los riesgos en un entorno de incertidumbre.
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Las ventajas y desventajas del Brexit en el Reino Unido: cómo cuatro años de estancamiento político están redefiniendo el panorama financiero global
La salida del Reino Unido de la UE, esta tormenta política que abarcó desde 2016 hasta 2020, se ha convertido en uno de los eventos más significativos y transformadores en la historia moderna de las finanzas. Desde la decisión inicial en el referéndum, pasando por las complejas negociaciones, hasta la salida oficial el 31 de enero de 2020, el Brexit no solo reescribió el mapa económico del Reino Unido, sino que también impactó profundamente en los mercados bursátiles globales, el mercado de divisas y los patrones comerciales. Para los inversores, comprender el contexto y el impacto del Brexit en los mercados se ha convertido en una lección imprescindible para la formulación de estrategias de inversión.
¿Por qué surgió el Brexit? Tres grandes impulsores que generaron un giro histórico
El 23 de junio de 2016, el Reino Unido celebró un referéndum sobre su salida de la UE, y finalmente decidió hacerlo con un apoyo del 51.9%. Este resultado sorprendió a nivel mundial, ya que en el último referéndum de 1975, el Reino Unido había optado por permanecer en la UE con un 62.7% de apoyo. ¿Qué ocurrió exactamente para que la opinión pública británica cambiara de opinión tras décadas?
El desequilibrio económico fue la principal causa. Tras la crisis de las hipotecas subprime en 2008, las estructuras internas de la UE se vieron cada vez más desequilibradas: los países centrales dominaban la producción, mientras que los países periféricos enfrentaban dificultades en el consumo. La crisis de la deuda soberana siguió, y aunque el Reino Unido no forma parte del euro, se vio obligado a participar en los rescates de sus aliados endeudados. Esta carga económica pasiva generó profundas dudas sobre el sistema de la UE, alimentando un creciente sentimiento “anti-UE”.
El desgaste político intensificó las diferencias. El entonces primer ministro David Cameron, antes de las elecciones de 2015, enfrentado a una ventaja en las encuestas por el Partido Laborista, tomó una decisión audaz: prometer un referéndum sobre el Brexit si lograba la reelección. Su estrategia era que, dado que la mayoría de los parlamentarios preferían permanecer en la UE, el resultado del referéndum sería favorable. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado: los partidarios del Brexit ganaron por un estrecho margen, y Cameron dimitió. Esta apuesta política, que puso en juego el destino del país, terminó en fracaso.
La crisis migratoria fue la última gota que colmó el vaso. En 2015, la oleada de refugiados en Europa afectó a todos los países, y el Reino Unido, como miembro de la UE, tuvo que aceptar refugiados. La llegada masiva de inmigrantes no solo afectó las oportunidades laborales y los recursos en educación y sanidad, sino que también elevó los precios de la vivienda. Para la población británica acostumbrada a bajos niveles de desempleo, especialmente en las clases más bajas, limitar la inmigración se convirtió en una demanda central en el voto por el Brexit.
El largo camino de las negociaciones: tres nudos en un maratón político de cuatro años
El proceso de negociación del Brexit fue sumamente complejo y lleno de obstáculos: desde el referéndum en 2016 hasta la salida oficial en 2020, transcurrieron cuatro años, dos elecciones generales y tres cambios de primer ministro.
Primero, la lucha por los acuerdos. La UE y el Reino Unido propusieron varias opciones: el plan Chequers, el Brexit blando, el Brexit duro y la salida sin acuerdo. Theresa May presentó tres veces un acuerdo, pero fue rechazado en el Parlamento con un resultado histórico de 432 contra 202 (15 de enero de 2019). Solo cuando Boris Johnson asumió como primer ministro, la situación empezó a cambiar. El Partido Conservador ganó en las elecciones de diciembre de 2019 con más del 78% de apoyo —la mayor victoria desde 1987—, lo que sentó las bases para la aprobación final del acuerdo.
En segundo lugar, la profunda división interna en el Reino Unido. La mayoría de los parlamentarios, incluyendo a Cameron, inicialmente apoyaban la permanencia en la UE, lo que hizo que el proceso de salida fuera extremadamente difícil. Los partidos políticos se enfrentaron en una lucha constante entre “Brexit suave” (mantener vínculos estrechos con la UE) y “Brexit duro” (romper completamente los lazos), sin llegar a un consenso.
El tercer gran problema fue la frontera en Irlanda del Norte. Tras la salida, Irlanda del Norte y la República de Irlanda se convertirían en la única frontera terrestre entre el Reino Unido y la UE. Aunque ambas partes acordaron evitar una “frontera dura” (reinstaurar controles aduaneros), no se ha logrado aún una solución práctica para ello, y este problema sigue siendo un obstáculo recurrente en las negociaciones.
Cronología del Brexit
Beneficios del Brexit: soberanía y recursos recuperados
El Brexit ha traído beneficios tangibles para el Reino Unido. En primer lugar, el país ya no soporta la pesada carga de las contribuciones a la UE. Según estadísticas, antes del Brexit, el Reino Unido pagaba aproximadamente 8.45 mil millones de libras al año a la UE (unos 23 millones diarios), recursos que ahora pueden destinarse a la inversión en infraestructura, sanidad y educación.
En segundo lugar, el Reino Unido recupera plena autonomía política y económica. Dentro del marco de la UE, no podía firmar acuerdos comerciales independientes ni desarrollar relaciones económicas con otros países. Tras la salida, puede negociar tratados bilaterales con socios globales, fortaleciendo su posición internacional.
Tercero, la cuestión migratoria se ha flexibilizado. Ahora, el Reino Unido puede definir su política migratoria sin estar obligado a aceptar refugiados según las directrices de la UE. Esto, en el corto plazo, ayuda a aliviar la presión sobre el empleo y los recursos públicos.
Desventajas del Brexit: barreras comerciales y costos económicos
No obstante, el costo del Brexit también es alto y de largo alcance. El impacto más directo se observa en la ruptura de los patrones comerciales. La UE ha sido durante mucho tiempo el principal socio comercial del Reino Unido —representando el 46.9% de las exportaciones y el 52.3% de las importaciones—. Estados Unidos representa solo el 11.9%, y China el 5.1%. Tras el Brexit, la eliminación de los beneficios del comercio sin aranceles entre el Reino Unido y la UE obliga a las empresas a enfrentar nuevos aranceles y retrasos en los controles aduaneros.
Esto afecta especialmente a sectores dependientes del mercado europeo, como la fabricación de automóviles, los servicios financieros, la farmacéutica y la logística. Se prevé que, a medio plazo, el Brexit reduzca el crecimiento económico del Reino Unido entre un 0.5% y un 2%.
Repercusiones en los mercados financieros globales
El impacto del Brexit en los mercados financieros abarca varias dimensiones.
En las bolsas de valores, tras la entrada en vigor en 2020, las acciones del sector financiero europeo, fabricantes de automóviles y aerolíneas experimentaron volatilidad significativa. Estos sectores son los más sensibles a los cambios en las relaciones comerciales entre Reino Unido y UE. Aunque en 2021 se alcanzó un acuerdo comercial, la incertidumbre persiste, y las empresas de logística y transporte continúan adaptándose a las nuevas reglas aduaneras, manteniendo cierta presión en los mercados.
El mercado de divisas fue el más afectado. La libra esterlina sufrió fuertes fluctuaciones durante el proceso. A principios de 2020, tras la confirmación del Brexit, la libra se recuperó momentáneamente; sin embargo, con la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania y el inicio de ciclos de aumento de tasas de interés por parte de bancos centrales, en 2022 la libra alcanzó niveles históricos de cambio. La falta de impulso para subir y los riesgos a la baja permanecen. Tras un giro en la política del Banco de Inglaterra hacia una postura más flexible, la libra empezó a estabilizarse.
Desde una perspectiva macroeconómica, el Brexit ha redefinido los límites del comercio global, afectando a las empresas con cadenas de suministro transnacionales y promoviendo una reevaluación de los riesgos geopolíticos en los mercados financieros.
Cómo deben actuar los inversores: oportunidades y riesgos en la era del Brexit
Para los traders, el Brexit ha abierto nuevas oportunidades de inversión. La mayor volatilidad de la libra ofrece ventanas para operar en divisas y aprovechar los movimientos en los tipos de cambio. Además, algunas empresas muy afectadas por el Brexit están subvaloradas, lo que presenta oportunidades de inversión a largo plazo.
No obstante, es fundamental establecer sistemas de gestión de riesgos. La incertidumbre económica en el Reino Unido aún persiste, y las expectativas de beneficios de las empresas continúan ajustándose. Los inversores con posiciones en activos británicos deben seguir de cerca la evolución de los acuerdos comerciales, la tendencia del tipo de cambio de la libra y las políticas del Banco de Inglaterra.
El Brexit presenta tanto oportunidades como desafíos; el éxito radica en cómo aprovechar los cambios y evitar los riesgos en un entorno de incertidumbre.