Recientemente, la principal institución de inversión en la industria, QCP, publicó una alerta de seguridad que ha generado bastante preocupación. Han detectado que alguien se está haciendo pasar por ellos: cuentas falsas, sitios web falsificados, intentando engañar a los usuarios para que caigan en la trampa. Aunque esos sitios web falsos ya han sido eliminados, este incidente ha puesto de manifiesto un problema serio: parece que ha llegado una nueva ola de phishing dirigida a los usuarios de criptomonedas.
La verdad es que esto no es un evento aislado. Basta con revisar las noticias de este año para darse cuenta: intercambios falsificados, carteras clonadas, instituciones de inversión y proyectos de estrellas convertidos en "material" para los estafadores. La forma en que estos delincuentes operan se vuelve cada vez más sofisticada, con sitios web falsos que parecen reales, y también juegan con dominios que imitan fonéticamente los originales, haciendo difícil distinguir lo auténtico de lo falso.
En la declaración de QCP hay una frase que merece especial atención: "Nunca nos pondremos en contacto con los usuarios a través de canales no oficiales ni solicitaremos transacciones, información de cuentas o datos sensibles." Esto debería ser la línea base de todas las instituciones legítimas. Sin embargo, aun así, muchos usuarios caen en la trampa sin querer, pierden sus activos y no saben a dónde acudir para presentar una queja.
Detrás de esto, en realidad, se refleja un problema más fundamental: cuando dependemos demasiado de un sitio web, una identidad de atención al cliente o un logotipo de marca para verificar la autenticidad, la confianza se vuelve algo fácilmente replicable. En este entorno, ¿existe alguna forma de devolver el control de los activos a los usuarios? ¿De garantizar la seguridad sin tener que dedicar mucho tiempo a distinguir entre sitios reales y falsos? Tal vez, esa sea la dirección en la que deberíamos pensar.
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DefiOldTrickster
· hace13h
¡Ay madre mía, otra ola? En 2017 ya vi esta jugada, cuando empezó la suplantación de dominios, y todavía siguen jugando, estos estafadores no tienen ni una gota de creatividad.
La gestión de carteras descentralizadas debería haberse popularizado hace tiempo, pero solo se arrepienten cuando los engañan. Les pregunto, ¿dónde están las ventajas de la descentralización?
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PessimisticLayer
· hace13h
Otra vez con estas cosas, QCP siendo suplantado, ¿mañana será el turno de alguna otra bolsa...
Estos estafadores realmente nos toman por tontos, con nombres de dominio similares, sitios falsos... ¿de qué sirve prevenir? La autoprotección es la clave.
¿Cómo todavía hay gente que se deja engañar solo por contacto proactivo? Ya debería ser un hábito, las instituciones legítimas nunca te buscarán activamente.
En definitiva, hay que mantener la llave en nuestras propias manos, no entregar la vida de tus fondos a ninguna plataforma.
Gestionar tu propia billetera es el futuro, así estos estafadores no podrán hacer nada.
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MemeCoinSavant
· hace13h
Ngl esto es simplemente selección natural en cripto en este momento... los estafadores están haciendo phishing revisado por pares ahora mismo, para ser honesto.
Recientemente, la principal institución de inversión en la industria, QCP, publicó una alerta de seguridad que ha generado bastante preocupación. Han detectado que alguien se está haciendo pasar por ellos: cuentas falsas, sitios web falsificados, intentando engañar a los usuarios para que caigan en la trampa. Aunque esos sitios web falsos ya han sido eliminados, este incidente ha puesto de manifiesto un problema serio: parece que ha llegado una nueva ola de phishing dirigida a los usuarios de criptomonedas.
La verdad es que esto no es un evento aislado. Basta con revisar las noticias de este año para darse cuenta: intercambios falsificados, carteras clonadas, instituciones de inversión y proyectos de estrellas convertidos en "material" para los estafadores. La forma en que estos delincuentes operan se vuelve cada vez más sofisticada, con sitios web falsos que parecen reales, y también juegan con dominios que imitan fonéticamente los originales, haciendo difícil distinguir lo auténtico de lo falso.
En la declaración de QCP hay una frase que merece especial atención: "Nunca nos pondremos en contacto con los usuarios a través de canales no oficiales ni solicitaremos transacciones, información de cuentas o datos sensibles." Esto debería ser la línea base de todas las instituciones legítimas. Sin embargo, aun así, muchos usuarios caen en la trampa sin querer, pierden sus activos y no saben a dónde acudir para presentar una queja.
Detrás de esto, en realidad, se refleja un problema más fundamental: cuando dependemos demasiado de un sitio web, una identidad de atención al cliente o un logotipo de marca para verificar la autenticidad, la confianza se vuelve algo fácilmente replicable. En este entorno, ¿existe alguna forma de devolver el control de los activos a los usuarios? ¿De garantizar la seguridad sin tener que dedicar mucho tiempo a distinguir entre sitios reales y falsos? Tal vez, esa sea la dirección en la que deberíamos pensar.