El núcleo del mercado bajista (Bear Market) es que el precio del activo subyacente caiga más del 20% desde su punto máximo, esta tendencia bajista suele prolongarse durante varios meses o incluso años. En contraste, cuando el precio de un activo sube más del 20% desde su mínimo, el mercado entra en la fase de mercado alcista (Bull Market).
Esta definición no se limita a las acciones, sino que también se aplica a bonos, bienes raíces, metales preciosos, materias primas, divisas y todos los activos negociables en las categorías de activos.
Es importante aclarar que, un mercado bajista y una recesión económica son conceptos diferentes. Cuando el índice de precios al consumidor (IPC) tiene una tasa de crecimiento anual negativa, la economía puede entrar en deflación, lo cual refleja problemas económicos más profundos. Aunque pueden coexistir, no son lo mismo.
Otro concepto que suele confundirse es la corrección del mercado (Correction). La corrección se refiere a una volatilidad a corto plazo en la que los precios caen entre un 10% y un 20% desde su máximo, con mayor frecuencia y menor duración. En cambio, un mercado bajista es una manifestación de recesión sistémica y a largo plazo, que impacta profundamente en la psicología de los inversores y en la asignación de activos.
Mecanismos de formación y señales de identificación del mercado bajista
Características del descenso de precios en magnitud y tiempo
La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) reconoce como criterio para un mercado bajista que la mayoría de los índices bursátiles caigan un 20% o más durante al menos dos meses. Según datos históricos del S&P 500, en las 19 ocasiones en que se ha presentado un mercado bajista en los últimos 140 años, la caída promedio fue del 37.3%, con una duración media de 289 días.
No obstante, la duración de los mercados bajistas varía mucho. Por ejemplo, el bajón provocado por la pandemia de COVID-19 en 2020 duró solo un mes, mientras que otros ciclos pueden extenderse varios años. Los cinco mercados bajistas más recientes muestran que, en promedio, el mercado necesita caer un 38% para tocar fondo y revertir, y que recuperar los máximos anteriores suele tomar varios años.
Características acompañantes del mercado bajista
El mercado bajista suele ir acompañado de recesión económica, aumento del desempleo, deflación y otros fenómenos macroeconómicos. En estos entornos, los bancos centrales suelen activar políticas de flexibilización cuantitativa para estabilizar el mercado. La experiencia histórica indica que los movimientos alcistas que ocurren antes de que los bancos centrales lancen oficialmente el QE suelen ser solo rebotes dentro del mercado bajista, sin una salida definitiva de la zona bajista.
El grado de burbuja en los activos es otro indicador clave. La volatilidad de los precios de los commodities suele superar con creces los cambios en su valor real. Cuando el mercado está en las primeras fases de expansión económica, los mercados bajistas son raros; pero si hay burbujas evidentes y los inversores muestran entusiasmo irracional, y los bancos centrales aprietan la liquidez para frenar la inflación excesiva, el mercado entrará en fases de bajismo.
Factores principales que desencadenan un mercado bajista
Reacción en cadena por pérdida de confianza
Cuando el mercado se vuelve pesimista respecto al futuro, los consumidores tienden a aumentar el ahorro y reducir el gasto en bienes no esenciales; las empresas recortan contrataciones y planes de expansión. Los mercados de capital ajustan a la baja las expectativas de beneficios corporativos, y la demanda de compra se desploma. Cuando estos tres factores resuenan, las acciones suelen experimentar caídas abruptas en el corto plazo.
Estallido de burbujas y efecto de avalancha
En mercados sobrecalentados, los precios de los activos se inflan hasta niveles insostenibles. Cuando empiezan a caer, se produce un efecto de avalancha que acelera la caída de los precios. Durante estas subidas y bajadas extremas, la confianza en el mercado se desmorona rápidamente, agravando aún más el sentimiento negativo.
Riesgos geopolíticos y financieros
Eventos como quiebras de instituciones financieras, crisis de deuda soberana, conflictos regionales pueden desencadenar pánico en los mercados. Por ejemplo, el conflicto entre Rusia y Ucrania elevó los precios de la energía y aumentó la incertidumbre global; las tensiones comerciales entre EE. UU. y China afectaron las cadenas de suministro y las ganancias empresariales.
Ciclos de endurecimiento de la política monetaria
El aumento de tasas por parte de la Reserva Federal, la reducción de balance y otras medidas disminuyen la liquidez, frenando el gasto de empresas y consumidores, y finalmente deprimen el rendimiento del mercado bursátil.
Impactos externos
Desastres naturales, pandemias, crisis energéticas y otros eventos imprevistos pueden provocar caídas globales en los mercados.
Revisiones de seis mercados bajistas en la historia de EE. UU.
Mercado bajista de 2022: Presión inflacionaria y golpes múltiples
El mercado bajista iniciado el 4 de enero de 2022 se originó por múltiples presiones acumuladas. La política agresiva de los bancos centrales tras la pandemia, que impulsó la inflación, junto con la guerra entre Ucrania y Rusia que elevó los precios de alimentos y petróleo, agravaron la situación inflacionaria. Para frenar la inflación, la Fed subió las tasas de interés y aceleró la reducción de su balance. Esto afectó la confianza del mercado, siendo las acciones tecnológicas, que más subieron en los últimos años, las más perjudicadas. Debido a que las políticas antiinflacionarias siguen en marcha, se estima que este mercado bajista durará al menos hasta 2023.
Impacto de la pandemia en 2020: el mercado bajista más corto de la historia
A finales de 2019, estalló la pandemia en Wuhan, y en 2020 se propagó globalmente, generando pánico en los mercados. Fue el mercado bajista más breve: el Dow Jones cayó desde su máximo de 29,568 el 12 de febrero hasta 18,213 el 23 de marzo, y luego cerró en 22,552 el 26 de marzo, recuperando más del 20% y dejando de ser bajista.
Los bancos centrales de todo el mundo aprendieron de la crisis de 2008, activando rápidamente QE para estabilizar el flujo de efectivo y resolver la crisis en pocos meses. Luego, se vivió un superciclo alcista de dos años.
Crisis financiera de 2008: caída superior al 50%
El mercado bajista empezó el 9 de octubre de 2007, cuando el Dow cayó de 14,164.43 a 6,544.44 el 6 de marzo de 2009, con una caída del 53.4%.
La crisis tuvo su origen en la burbuja de internet de 2000 y la pérdida de confianza tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La Fed redujo drásticamente las tasas para estimular el mercado, y en un entorno de bajos intereses, muchos inversores tomaron préstamos para comprar viviendas, multiplicando los precios en corto plazo. Los bancos, para aumentar los ingresos por intereses, concedieron préstamos a prestatarios con baja calificación crediticia y empaquetaron estos créditos en productos financieros que vendieron en cadena, ocultando riesgos. Cuando los precios de las viviendas subieron demasiado y la Fed empezó a subir las tasas, los inversores en bienes raíces comenzaron a retirarse, y la caída de los precios provocó una reacción en cadena que llevó al colapso del mercado en 2008. Aunque en 2009 el gobierno lanzó estímulos económicos, el mercado bajista no terminó de inmediato. No fue hasta el 5 de marzo de 2013 que el Dow recuperó su máximo previo a la crisis.
La burbuja de internet de 2000: fin del ciclo alcista más largo de EE. UU.
Durante los años 90, la ola de internet impulsó muchas empresas tecnológicas, muchas de las cuales solo tenían expectativas de crecimiento sin beneficios reales, en un esquema de burbuja especulativa. La mayoría de estas empresas estaban sobrevaloradas. Cuando salió dinero del mercado, se produjo una caída severa. Este mercado bajista terminó con la mayor fase alcista en la historia de EE. UU., y posteriormente provocó una recesión. El 11 de septiembre de 2001, los ataques terroristas agravaron la caída, sacudiendo a nivel global.
Lunes negro de 1987: la primera lección del trading algorítmico
El lunes 19 de octubre de 1987, el Dow Jones Industrial cayó un 22.62%, dejando una marca negra en Wall Street.
Desde 1980, EE. UU. vivió varios años de mercado alcista. Para 1987, la Fed subía tasas continuamente, y la tensión en Oriente Medio aumentaba, provocando una consolidación del mercado. En ese período, se aplicó por primera vez en gran escala el trading algorítmico: cuando los precios caían rápidamente, las órdenes automáticas de venta se activaban, generando una caída aún mayor y creando un ciclo vicioso.
El gobierno aprendió de la Gran Depresión de 1929 y tomó medidas rápidas: bajó tasas, implementó mecanismos de suspensión de operaciones (líneas de circuit breaker) en caso de volatilidad extrema. En 14 meses, el mercado recuperó las pérdidas. Aunque causó pánico global, en comparación con la recesión de 1929, la recuperación fue mucho más rápida, demostrando que el mercado había aprendido a digerir las noticias negativas.
Crisis del petróleo de 1973-1974: profunda corrección en un entorno de estanflación
Tras la cuarta guerra del Medio Oriente en octubre de 1973, OPEP impuso un embargo petrolero y redujo la producción a los países que apoyaban a Israel, elevando los precios del petróleo en un 300% en medio año, de 3 a 12 dólares por barril. Esto agravó la inflación en EE. UU., que ya en 1973 alcanzaba un 8% (IPC), generando un escenario de estanflación: en 1974, el PIB cayó un 4.7%, pero la inflación alcanzó un 12.3%.
Las acciones en EE. UU. comenzaron a caer desde su máximo en enero de 1973, debido a la desaceleración económica y el aumento de tasas. La crisis petrolera y el escándalo de Watergate en agosto de ese año minaron la confianza, y el S&P 500 cayó un 48%, mientras que el Dow Jones perdió casi la mitad. Este mercado bajista duró 21 meses, siendo uno de los más largos y profundos en la historia moderna de EE. UU. Aunque la Fed intentó subir tasas para controlar la inflación, la recuperación fue lenta y la economía tardó en recuperarse.
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Comprender a fondo el ciclo bajista: guía de inversión desde la identificación hasta la respuesta
Definición esencial del mercado bajista
El núcleo del mercado bajista (Bear Market) es que el precio del activo subyacente caiga más del 20% desde su punto máximo, esta tendencia bajista suele prolongarse durante varios meses o incluso años. En contraste, cuando el precio de un activo sube más del 20% desde su mínimo, el mercado entra en la fase de mercado alcista (Bull Market).
Esta definición no se limita a las acciones, sino que también se aplica a bonos, bienes raíces, metales preciosos, materias primas, divisas y todos los activos negociables en las categorías de activos.
Es importante aclarar que, un mercado bajista y una recesión económica son conceptos diferentes. Cuando el índice de precios al consumidor (IPC) tiene una tasa de crecimiento anual negativa, la economía puede entrar en deflación, lo cual refleja problemas económicos más profundos. Aunque pueden coexistir, no son lo mismo.
Otro concepto que suele confundirse es la corrección del mercado (Correction). La corrección se refiere a una volatilidad a corto plazo en la que los precios caen entre un 10% y un 20% desde su máximo, con mayor frecuencia y menor duración. En cambio, un mercado bajista es una manifestación de recesión sistémica y a largo plazo, que impacta profundamente en la psicología de los inversores y en la asignación de activos.
Mecanismos de formación y señales de identificación del mercado bajista
Características del descenso de precios en magnitud y tiempo
La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) reconoce como criterio para un mercado bajista que la mayoría de los índices bursátiles caigan un 20% o más durante al menos dos meses. Según datos históricos del S&P 500, en las 19 ocasiones en que se ha presentado un mercado bajista en los últimos 140 años, la caída promedio fue del 37.3%, con una duración media de 289 días.
No obstante, la duración de los mercados bajistas varía mucho. Por ejemplo, el bajón provocado por la pandemia de COVID-19 en 2020 duró solo un mes, mientras que otros ciclos pueden extenderse varios años. Los cinco mercados bajistas más recientes muestran que, en promedio, el mercado necesita caer un 38% para tocar fondo y revertir, y que recuperar los máximos anteriores suele tomar varios años.
Características acompañantes del mercado bajista
El mercado bajista suele ir acompañado de recesión económica, aumento del desempleo, deflación y otros fenómenos macroeconómicos. En estos entornos, los bancos centrales suelen activar políticas de flexibilización cuantitativa para estabilizar el mercado. La experiencia histórica indica que los movimientos alcistas que ocurren antes de que los bancos centrales lancen oficialmente el QE suelen ser solo rebotes dentro del mercado bajista, sin una salida definitiva de la zona bajista.
El grado de burbuja en los activos es otro indicador clave. La volatilidad de los precios de los commodities suele superar con creces los cambios en su valor real. Cuando el mercado está en las primeras fases de expansión económica, los mercados bajistas son raros; pero si hay burbujas evidentes y los inversores muestran entusiasmo irracional, y los bancos centrales aprietan la liquidez para frenar la inflación excesiva, el mercado entrará en fases de bajismo.
Factores principales que desencadenan un mercado bajista
Reacción en cadena por pérdida de confianza
Cuando el mercado se vuelve pesimista respecto al futuro, los consumidores tienden a aumentar el ahorro y reducir el gasto en bienes no esenciales; las empresas recortan contrataciones y planes de expansión. Los mercados de capital ajustan a la baja las expectativas de beneficios corporativos, y la demanda de compra se desploma. Cuando estos tres factores resuenan, las acciones suelen experimentar caídas abruptas en el corto plazo.
Estallido de burbujas y efecto de avalancha
En mercados sobrecalentados, los precios de los activos se inflan hasta niveles insostenibles. Cuando empiezan a caer, se produce un efecto de avalancha que acelera la caída de los precios. Durante estas subidas y bajadas extremas, la confianza en el mercado se desmorona rápidamente, agravando aún más el sentimiento negativo.
Riesgos geopolíticos y financieros
Eventos como quiebras de instituciones financieras, crisis de deuda soberana, conflictos regionales pueden desencadenar pánico en los mercados. Por ejemplo, el conflicto entre Rusia y Ucrania elevó los precios de la energía y aumentó la incertidumbre global; las tensiones comerciales entre EE. UU. y China afectaron las cadenas de suministro y las ganancias empresariales.
Ciclos de endurecimiento de la política monetaria
El aumento de tasas por parte de la Reserva Federal, la reducción de balance y otras medidas disminuyen la liquidez, frenando el gasto de empresas y consumidores, y finalmente deprimen el rendimiento del mercado bursátil.
Impactos externos
Desastres naturales, pandemias, crisis energéticas y otros eventos imprevistos pueden provocar caídas globales en los mercados.
Revisiones de seis mercados bajistas en la historia de EE. UU.
Mercado bajista de 2022: Presión inflacionaria y golpes múltiples
El mercado bajista iniciado el 4 de enero de 2022 se originó por múltiples presiones acumuladas. La política agresiva de los bancos centrales tras la pandemia, que impulsó la inflación, junto con la guerra entre Ucrania y Rusia que elevó los precios de alimentos y petróleo, agravaron la situación inflacionaria. Para frenar la inflación, la Fed subió las tasas de interés y aceleró la reducción de su balance. Esto afectó la confianza del mercado, siendo las acciones tecnológicas, que más subieron en los últimos años, las más perjudicadas. Debido a que las políticas antiinflacionarias siguen en marcha, se estima que este mercado bajista durará al menos hasta 2023.
Impacto de la pandemia en 2020: el mercado bajista más corto de la historia
A finales de 2019, estalló la pandemia en Wuhan, y en 2020 se propagó globalmente, generando pánico en los mercados. Fue el mercado bajista más breve: el Dow Jones cayó desde su máximo de 29,568 el 12 de febrero hasta 18,213 el 23 de marzo, y luego cerró en 22,552 el 26 de marzo, recuperando más del 20% y dejando de ser bajista.
Los bancos centrales de todo el mundo aprendieron de la crisis de 2008, activando rápidamente QE para estabilizar el flujo de efectivo y resolver la crisis en pocos meses. Luego, se vivió un superciclo alcista de dos años.
Crisis financiera de 2008: caída superior al 50%
El mercado bajista empezó el 9 de octubre de 2007, cuando el Dow cayó de 14,164.43 a 6,544.44 el 6 de marzo de 2009, con una caída del 53.4%.
La crisis tuvo su origen en la burbuja de internet de 2000 y la pérdida de confianza tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La Fed redujo drásticamente las tasas para estimular el mercado, y en un entorno de bajos intereses, muchos inversores tomaron préstamos para comprar viviendas, multiplicando los precios en corto plazo. Los bancos, para aumentar los ingresos por intereses, concedieron préstamos a prestatarios con baja calificación crediticia y empaquetaron estos créditos en productos financieros que vendieron en cadena, ocultando riesgos. Cuando los precios de las viviendas subieron demasiado y la Fed empezó a subir las tasas, los inversores en bienes raíces comenzaron a retirarse, y la caída de los precios provocó una reacción en cadena que llevó al colapso del mercado en 2008. Aunque en 2009 el gobierno lanzó estímulos económicos, el mercado bajista no terminó de inmediato. No fue hasta el 5 de marzo de 2013 que el Dow recuperó su máximo previo a la crisis.
La burbuja de internet de 2000: fin del ciclo alcista más largo de EE. UU.
Durante los años 90, la ola de internet impulsó muchas empresas tecnológicas, muchas de las cuales solo tenían expectativas de crecimiento sin beneficios reales, en un esquema de burbuja especulativa. La mayoría de estas empresas estaban sobrevaloradas. Cuando salió dinero del mercado, se produjo una caída severa. Este mercado bajista terminó con la mayor fase alcista en la historia de EE. UU., y posteriormente provocó una recesión. El 11 de septiembre de 2001, los ataques terroristas agravaron la caída, sacudiendo a nivel global.
Lunes negro de 1987: la primera lección del trading algorítmico
El lunes 19 de octubre de 1987, el Dow Jones Industrial cayó un 22.62%, dejando una marca negra en Wall Street.
Desde 1980, EE. UU. vivió varios años de mercado alcista. Para 1987, la Fed subía tasas continuamente, y la tensión en Oriente Medio aumentaba, provocando una consolidación del mercado. En ese período, se aplicó por primera vez en gran escala el trading algorítmico: cuando los precios caían rápidamente, las órdenes automáticas de venta se activaban, generando una caída aún mayor y creando un ciclo vicioso.
El gobierno aprendió de la Gran Depresión de 1929 y tomó medidas rápidas: bajó tasas, implementó mecanismos de suspensión de operaciones (líneas de circuit breaker) en caso de volatilidad extrema. En 14 meses, el mercado recuperó las pérdidas. Aunque causó pánico global, en comparación con la recesión de 1929, la recuperación fue mucho más rápida, demostrando que el mercado había aprendido a digerir las noticias negativas.
Crisis del petróleo de 1973-1974: profunda corrección en un entorno de estanflación
Tras la cuarta guerra del Medio Oriente en octubre de 1973, OPEP impuso un embargo petrolero y redujo la producción a los países que apoyaban a Israel, elevando los precios del petróleo en un 300% en medio año, de 3 a 12 dólares por barril. Esto agravó la inflación en EE. UU., que ya en 1973 alcanzaba un 8% (IPC), generando un escenario de estanflación: en 1974, el PIB cayó un 4.7%, pero la inflación alcanzó un 12.3%.
Las acciones en EE. UU. comenzaron a caer desde su máximo en enero de 1973, debido a la desaceleración económica y el aumento de tasas. La crisis petrolera y el escándalo de Watergate en agosto de ese año minaron la confianza, y el S&P 500 cayó un 48%, mientras que el Dow Jones perdió casi la mitad. Este mercado bajista duró 21 meses, siendo uno de los más largos y profundos en la historia moderna de EE. UU. Aunque la Fed intentó subir tasas para controlar la inflación, la recuperación fue lenta y la economía tardó en recuperarse.