En el contexto de una economía mundial cada vez más multipolar, el yuan chino emerge como una de las grandes historias del mercado internacional. El acuerdo firmado entre China y Brasil a principios de año –mediante el cual ambas naciones acordaron utilizar el yuan como referencia para sus operaciones comerciales e inversiones bilaterales– marcó un punto de inflexión en la geoeconómica mundial. Este pacto no representa simplemente un detalle administrativo, sino que refleja el cambio fundamental en los equilibrios de poder económico global.
El ascenso inevitable de la economía china
Los números hablan por sí solos. La economía de China crece a un ritmo cercano al 5% anual, tasa que contrasta notablemente con el desempeño de sus principales competidores. La Unión Europea apenas logra un 3,6% de crecimiento, mientras que Estados Unidos se queda rezagado con apenas un 1,1%. Pero la brecha no se detiene en las tasas de expansión.
Mientras que la inflación continúa siendo una pesadilla en territorio europeo, China ha logrado mantenerla prácticamente bajo control. Esta diferencia genera consecuencias reales: las economías occidentales enfrentan restricciones crediticias severas y una inversión privada deprimida, precisamente cuando China avanza sin estos obstáculos. El contraste es dramático.
En materia de divisas, la reciente corrección del yuan durante los primeros meses del año lo ha devuelto a niveles de noviembre del año anterior, aproximadamente en los 0,137 USD. Los analistas consideran este nivel como el piso de la moneda china. Si esta hipótesis es correcta, estamos presenciando el punto de inicio de un nuevo ciclo alcista que podría llevar el yuan significativamente por encima de los 0,15 USD, nivel donde cotizaba a principios de 2022. Y en el nuevo orden mundial, los techos anteriores pueden quedar obsoletos.
Asia mira hacia Pekín: el yuan como referencia regional
La supremacía del yuan en la región asiática se vuelve cada vez más evidente cuando se examina a sus competidores de divisas.
El yen japonés se encuentra en problemas. La moneda nipona se acerca peligrosamente a sus mínimos históricos en más de dos décadas, producto de una caída pronunciada entre 2021 y 2023. Japón enfrenta simultáneamente una crisis demográfica profunda que continuará presionando su economía durante años.
Corea del Sur atraviesa una situación paralela. El won sufrió una depreciación severa durante los últimos veinticuatro meses. Aunque experimentó un rebote notable a finales de 2023, actualmente se estabiliza alrededor de los 0,00076 USD, muy distante del nivel aspiracional de 0,001 USD que tenía antes de la crisis financiera de 2008.
Este vacío de liderazgo monetario en Asia queda ocupado naturalmente por el yuan. Los países de ASEAN experimentan un desarrollo económico vigoroso, en buena medida impulsado por la demanda y la inversión china. China mantiene una confianza cada vez más robusta en su moneda, especialmente considerando que ni América Latina ni África presentan alternativas de desarrollo comparable que pudiera competir con el dinamismo asiático.
Un reordenamiento geopolítico que afecta a dólar y euro
El euro y el dólar seguirán siendo divisas importantes durante la próxima década. Sin embargo, su predominio absoluto en el sistema monetario internacional inevitablemente menguará. El dólar, que alcanzó su máxima influencia durante los años 90 y la primera década del nuevo siglo, enfrenta ahora desafíos cada vez mayores en un mundo multipolar.
El panorama emergente sugiere tres grandes bloques económicos: uno liderado por Estados Unidos (y Canadá), otro por la Unión Europea, y un tercero por China. Es precisamente el bloque asiático el que experimenta el crecimiento más vigoroso tanto económicamente como tecnológicamente. Esta dinámica apunta inevitablemente hacia una presión devaluatoria gradual sobre las monedas de los otros dos bloques.
La oportunidad del momento
Invertir en yuanes en el presente contexto representa una posición anticipada frente a lo que se perfila como un cambio sustancial de paradigma monetario global. El yuan chino ha completado su corrección de corto plazo y todo sugiere que iniciará un impulso alcista significativo durante los próximos años.
Salvo sorpresas geopolíticas o económicas imprevistas, posicionarse ahora en yuanes podría generar retornos considerables a mediano plazo. El mercado forex y los pares que incluyen la moneda china ofrecen múltiples vías para capturar esta revalorización esperada. La ventana de oportunidad se abre precisamente cuando la mayoría de los inversores aún no ha integrado plenamente este cambio en sus carteras.
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La moneda china se posiciona como divisa global: ¿es momento de invertir en yuanes?
En el contexto de una economía mundial cada vez más multipolar, el yuan chino emerge como una de las grandes historias del mercado internacional. El acuerdo firmado entre China y Brasil a principios de año –mediante el cual ambas naciones acordaron utilizar el yuan como referencia para sus operaciones comerciales e inversiones bilaterales– marcó un punto de inflexión en la geoeconómica mundial. Este pacto no representa simplemente un detalle administrativo, sino que refleja el cambio fundamental en los equilibrios de poder económico global.
El ascenso inevitable de la economía china
Los números hablan por sí solos. La economía de China crece a un ritmo cercano al 5% anual, tasa que contrasta notablemente con el desempeño de sus principales competidores. La Unión Europea apenas logra un 3,6% de crecimiento, mientras que Estados Unidos se queda rezagado con apenas un 1,1%. Pero la brecha no se detiene en las tasas de expansión.
Mientras que la inflación continúa siendo una pesadilla en territorio europeo, China ha logrado mantenerla prácticamente bajo control. Esta diferencia genera consecuencias reales: las economías occidentales enfrentan restricciones crediticias severas y una inversión privada deprimida, precisamente cuando China avanza sin estos obstáculos. El contraste es dramático.
En materia de divisas, la reciente corrección del yuan durante los primeros meses del año lo ha devuelto a niveles de noviembre del año anterior, aproximadamente en los 0,137 USD. Los analistas consideran este nivel como el piso de la moneda china. Si esta hipótesis es correcta, estamos presenciando el punto de inicio de un nuevo ciclo alcista que podría llevar el yuan significativamente por encima de los 0,15 USD, nivel donde cotizaba a principios de 2022. Y en el nuevo orden mundial, los techos anteriores pueden quedar obsoletos.
Asia mira hacia Pekín: el yuan como referencia regional
La supremacía del yuan en la región asiática se vuelve cada vez más evidente cuando se examina a sus competidores de divisas.
El yen japonés se encuentra en problemas. La moneda nipona se acerca peligrosamente a sus mínimos históricos en más de dos décadas, producto de una caída pronunciada entre 2021 y 2023. Japón enfrenta simultáneamente una crisis demográfica profunda que continuará presionando su economía durante años.
Corea del Sur atraviesa una situación paralela. El won sufrió una depreciación severa durante los últimos veinticuatro meses. Aunque experimentó un rebote notable a finales de 2023, actualmente se estabiliza alrededor de los 0,00076 USD, muy distante del nivel aspiracional de 0,001 USD que tenía antes de la crisis financiera de 2008.
Este vacío de liderazgo monetario en Asia queda ocupado naturalmente por el yuan. Los países de ASEAN experimentan un desarrollo económico vigoroso, en buena medida impulsado por la demanda y la inversión china. China mantiene una confianza cada vez más robusta en su moneda, especialmente considerando que ni América Latina ni África presentan alternativas de desarrollo comparable que pudiera competir con el dinamismo asiático.
Un reordenamiento geopolítico que afecta a dólar y euro
El euro y el dólar seguirán siendo divisas importantes durante la próxima década. Sin embargo, su predominio absoluto en el sistema monetario internacional inevitablemente menguará. El dólar, que alcanzó su máxima influencia durante los años 90 y la primera década del nuevo siglo, enfrenta ahora desafíos cada vez mayores en un mundo multipolar.
El panorama emergente sugiere tres grandes bloques económicos: uno liderado por Estados Unidos (y Canadá), otro por la Unión Europea, y un tercero por China. Es precisamente el bloque asiático el que experimenta el crecimiento más vigoroso tanto económicamente como tecnológicamente. Esta dinámica apunta inevitablemente hacia una presión devaluatoria gradual sobre las monedas de los otros dos bloques.
La oportunidad del momento
Invertir en yuanes en el presente contexto representa una posición anticipada frente a lo que se perfila como un cambio sustancial de paradigma monetario global. El yuan chino ha completado su corrección de corto plazo y todo sugiere que iniciará un impulso alcista significativo durante los próximos años.
Salvo sorpresas geopolíticas o económicas imprevistas, posicionarse ahora en yuanes podría generar retornos considerables a mediano plazo. El mercado forex y los pares que incluyen la moneda china ofrecen múltiples vías para capturar esta revalorización esperada. La ventana de oportunidad se abre precisamente cuando la mayoría de los inversores aún no ha integrado plenamente este cambio en sus carteras.