World Liberty Financial continúa enfrentando dificultades a pesar de las tácticas deflacionarias agresivas. La criptomoneda respaldada por Trump realizó una quema significativa de tokens el 2 de septiembre, quemando 47 millones de tokens WLFI—aproximadamente el 0,19% del suministro en circulación—pero el mercado ha permanecido en gran medida indiferente.
La Quema: Una gota en un océano
Los 47 millones de tokens enviados a una dirección irrecoverable redujeron el suministro total a aproximadamente 99,95 mil millones desde 24,66 mil millones en circulación. Aunque las matemáticas cuadran, el impacto en el precio ha sido poco impresionante. WLFI se negocia actualmente a $0,13, reflejando una debilidad significativa respecto al impulso anterior. Lo que resulta particularmente llamativo es lo lejos que ha caído el token: se desplomó aproximadamente un 55% desde su pico posterior al lanzamiento de $0,46, dejando a los inversores que captaron la cima con pérdidas considerables.
El panorama técnico: indecisión en todas partes
Aquí es donde las cosas se vuelven interesantes—o quizás preocupantes, dependiendo de tu perspectiva. El gráfico horario muestra velas de indecisión clásicas: mechas de cuerpo pequeño que sugieren que ni compradores ni vendedores tienen el control. Este patrón suele aparecer cuando el interés institucional se seca y la participación minorista se fragmenta.
El precio ha estado manteniéndose por encima del nivel de soporte de $0,21, pero esa base se siente frágil. La resistencia se sitúa alrededor de $0,25–$0,26, marcando los puntos de rebote posteriores al lanzamiento antes de que el impulso se deteriorara. Más problemático aún, el volumen de negociación ha desaparecido. Cuando el volumen desaparece, la acción del precio pierde credibilidad—cualquier recuperación podría ser rechazada sin una presión de compra genuina.
La historia real: optimismo comunitario vs. realidad del mercado
Aunque la quema en sí no ha movido la aguja, circula una propuesta que podría cambiar la narrativa. El equipo ha planteado un programa de recompra y quema financiado mediante tarifas de liquidez propiedad del protocolo. Si la comunidad aprueba este mecanismo deflacionario continuo, podría teóricamente proporcionar una presión de oferta constante mientras señala el compromiso de la gestión.
Pero aquí está el truco: el sentimiento del mercado importa más que la mecánica. Mientras persistan las velas de indecisión y el volumen siga suprimido, incluso los programas de quema bien intencionados tendrán dificultades para reavivar el impulso alcista. WLFI necesita un catalizador más allá de la tokenómica—ya sea claridad regulatoria, adopción de uso o una recuperación más amplia del mercado, eso aún está por verse.
La pregunta no es si la quema funciona en teoría; es si World Liberty Financial puede convencer al mercado de volver a creer en su futuro.
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¿La última reducción de suministro de WLFI impulsará una recuperación, o el mercado todavía no está convencido?
World Liberty Financial continúa enfrentando dificultades a pesar de las tácticas deflacionarias agresivas. La criptomoneda respaldada por Trump realizó una quema significativa de tokens el 2 de septiembre, quemando 47 millones de tokens WLFI—aproximadamente el 0,19% del suministro en circulación—pero el mercado ha permanecido en gran medida indiferente.
La Quema: Una gota en un océano
Los 47 millones de tokens enviados a una dirección irrecoverable redujeron el suministro total a aproximadamente 99,95 mil millones desde 24,66 mil millones en circulación. Aunque las matemáticas cuadran, el impacto en el precio ha sido poco impresionante. WLFI se negocia actualmente a $0,13, reflejando una debilidad significativa respecto al impulso anterior. Lo que resulta particularmente llamativo es lo lejos que ha caído el token: se desplomó aproximadamente un 55% desde su pico posterior al lanzamiento de $0,46, dejando a los inversores que captaron la cima con pérdidas considerables.
El panorama técnico: indecisión en todas partes
Aquí es donde las cosas se vuelven interesantes—o quizás preocupantes, dependiendo de tu perspectiva. El gráfico horario muestra velas de indecisión clásicas: mechas de cuerpo pequeño que sugieren que ni compradores ni vendedores tienen el control. Este patrón suele aparecer cuando el interés institucional se seca y la participación minorista se fragmenta.
El precio ha estado manteniéndose por encima del nivel de soporte de $0,21, pero esa base se siente frágil. La resistencia se sitúa alrededor de $0,25–$0,26, marcando los puntos de rebote posteriores al lanzamiento antes de que el impulso se deteriorara. Más problemático aún, el volumen de negociación ha desaparecido. Cuando el volumen desaparece, la acción del precio pierde credibilidad—cualquier recuperación podría ser rechazada sin una presión de compra genuina.
La historia real: optimismo comunitario vs. realidad del mercado
Aunque la quema en sí no ha movido la aguja, circula una propuesta que podría cambiar la narrativa. El equipo ha planteado un programa de recompra y quema financiado mediante tarifas de liquidez propiedad del protocolo. Si la comunidad aprueba este mecanismo deflacionario continuo, podría teóricamente proporcionar una presión de oferta constante mientras señala el compromiso de la gestión.
Pero aquí está el truco: el sentimiento del mercado importa más que la mecánica. Mientras persistan las velas de indecisión y el volumen siga suprimido, incluso los programas de quema bien intencionados tendrán dificultades para reavivar el impulso alcista. WLFI necesita un catalizador más allá de la tokenómica—ya sea claridad regulatoria, adopción de uso o una recuperación más amplia del mercado, eso aún está por verse.
La pregunta no es si la quema funciona en teoría; es si World Liberty Financial puede convencer al mercado de volver a creer en su futuro.