La subida del 110% de la plata destaca vulnerabilidades estructurales en el mercado de metales preciosos
La plata ha subido más del 110% en lo que va de año, superando ampliamente al oro. Aunque la subida está parcialmente impulsada por expectativas de una reducción de tasas por parte de la Reserva Federal y una demanda industrial resistente, estos factores por sí solos no pueden explicar completamente la magnitud o velocidad del movimiento. En el fondo, el aumento está siendo cada vez más alimentado por una cobertura agresiva en posiciones cortas en el mercado de futuros y un escepticismo creciente hacia el sistema tradicional de “plata en papel”.
A diferencia del oro, la plata carece de respaldo de bancos centrales y opera en un mercado más pequeño y menos líquido, lo que la hace particularmente susceptible a fuertes oscilaciones de precios y posibles distorsiones del mercado. La liquidez limitada amplifica el impacto de los flujos especulativos, que pueden desencadenar una volatilidad significativa cuando las posiciones se deshacen o cambian abruptamente.
Una característica clave de la actual subida es una prima persistente en los futuros, con los precios de los contratos negociándose por encima de los precios spot. Esto indica que los fondos están impulsando al alza los futuros, creando una compresión en los futuros. Al mismo tiempo, las principales bolsas están reportando reducciones en los inventarios físicos de plata, lo que señala una creciente corrida física de plata. La brecha cada vez mayor entre los contratos en papel y el metal físico disponible subraya la fragilidad de un mercado altamente dependiente del apalancamiento y la confianza.
JPMorgan Chase juega un papel central en este ecosistema. Se informa que el banco controla casi el 43% de los inventarios de plata en COMEX y gestiona importantes holdings en ETFs de plata. Su posición le otorga una influencia desproporcionada sobre la entrega física y, por extensión, sobre la estabilidad general del mercado.
De manera más amplia, la confianza en los mercados de metales preciosos en papel se está erosionando. Los inversores están moviéndose cada vez más de productos financieros hacia la propiedad física, una tendencia reflejada en el mercado del oro, donde los inventarios se están desplazando cada vez más hacia el este. En un contexto de debilitamiento del dólar, esto refleja una lucha más amplia por el poder de fijación monetaria y el control de los activos tangibles.
Las fuertes oscilaciones en los precios de la plata sugieren que las reglas del mercado de metales preciosos están evolucionando. Los activos físicos están recuperando protagonismo como reserva de valor, mientras que los sistemas en papel apalancados enfrentan una mayor tensión y vulnerabilidades estructurales.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
La subida del 110% de la plata destaca vulnerabilidades estructurales en el mercado de metales preciosos
La plata ha subido más del 110% en lo que va de año, superando ampliamente al oro. Aunque la subida está parcialmente impulsada por expectativas de una reducción de tasas por parte de la Reserva Federal y una demanda industrial resistente, estos factores por sí solos no pueden explicar completamente la magnitud o velocidad del movimiento. En el fondo, el aumento está siendo cada vez más alimentado por una cobertura agresiva en posiciones cortas en el mercado de futuros y un escepticismo creciente hacia el sistema tradicional de “plata en papel”.
A diferencia del oro, la plata carece de respaldo de bancos centrales y opera en un mercado más pequeño y menos líquido, lo que la hace particularmente susceptible a fuertes oscilaciones de precios y posibles distorsiones del mercado. La liquidez limitada amplifica el impacto de los flujos especulativos, que pueden desencadenar una volatilidad significativa cuando las posiciones se deshacen o cambian abruptamente.
Una característica clave de la actual subida es una prima persistente en los futuros, con los precios de los contratos negociándose por encima de los precios spot. Esto indica que los fondos están impulsando al alza los futuros, creando una compresión en los futuros. Al mismo tiempo, las principales bolsas están reportando reducciones en los inventarios físicos de plata, lo que señala una creciente corrida física de plata. La brecha cada vez mayor entre los contratos en papel y el metal físico disponible subraya la fragilidad de un mercado altamente dependiente del apalancamiento y la confianza.
JPMorgan Chase juega un papel central en este ecosistema. Se informa que el banco controla casi el 43% de los inventarios de plata en COMEX y gestiona importantes holdings en ETFs de plata. Su posición le otorga una influencia desproporcionada sobre la entrega física y, por extensión, sobre la estabilidad general del mercado.
De manera más amplia, la confianza en los mercados de metales preciosos en papel se está erosionando. Los inversores están moviéndose cada vez más de productos financieros hacia la propiedad física, una tendencia reflejada en el mercado del oro, donde los inventarios se están desplazando cada vez más hacia el este. En un contexto de debilitamiento del dólar, esto refleja una lucha más amplia por el poder de fijación monetaria y el control de los activos tangibles.
Las fuertes oscilaciones en los precios de la plata sugieren que las reglas del mercado de metales preciosos están evolucionando. Los activos físicos están recuperando protagonismo como reserva de valor, mientras que los sistemas en papel apalancados enfrentan una mayor tensión y vulnerabilidades estructurales.