Estos últimos dos años me han dado una intuición cada vez más clara:
En los próximos cinco años, para la gente común, ganar dinero será importante, pero lo más crucial es no perder el dinero que ya han ganado.
No es una amenaza, es que el entorno realmente ha cambiado.
Por un lado, los ingresos crecen más lentamente, el trabajo es más difícil y las oportunidades escasean; por otro, las tentaciones aumentan:
El consumismo de “disfrutar primero”, los productos de consumo adictivos y decorados de manera llamativa, las estafas de “proyectos” y “actividades secundarias” con altos retornos...
Un pequeño FOMO y podrías terminar siendo estafado y perdiendo una gran suma.
Mi juicio es simple: en los próximos cinco años, lo principal para la gente común en cuanto a guardar dinero, es no dejarse llevar por otros.
En el consumo, el problema nunca ha sido comprar, sino por qué compras.
Algunas compras son necesarias, aquellas que mejoran la eficiencia, reducen el desgaste interno, y hacen que tu cuerpo y cerebro funcionen mejor, esas son inversiones correctas.
Lo realmente peligroso es aquel tipo de compras como:
Pensar que no ibas a comprar, pero al ver varias recomendaciones de “me gusta” de repente sientes que “también lo necesito”;
No tener mucha presión, pero al navegar por las redes empiezas a cuestionar “¿estoy viviendo demasiado austamente?”.
Este tipo de consumo impulsado por las emociones, con el tiempo solo te convertirá en un esclavo del dinero y en un deudor que vive al día.
Lo mismo pasa con la inversión.
Muchos no fracasan por el riesgo en sí, sino por las historias de altos retornos.
Si lo miras bien, el 90% de los proyectos que prometen “dinero fácil, ganancias pasivas, garantía, gestión” en realidad solo están recaudando dinero de novatos.
Honestamente, lo que los comunes pueden entender claramente suele ser hacer inversiones periódicas en Bitcoin, gestionar fondos y recibir airdrops en plataformas de intercambio, y asignar fondos a índices bursátiles y bonos estadounidenses de forma estable y a largo plazo;
Lo que excede su conocimiento, mejor no tocarlo, ganar un poco menos es mucho más importante que perderlo todo.
Por eso, ahora prefiero un principio muy simple:
Gasta tu dinero en lo que pueda hacer que valgas más en el futuro, no en la vanidad y los impulsos del momento.
Aprender habilidades reales, comprar tiempo y eficiencia, cuidar tu salud y energía, todo eso también es ahorrar dinero,
Porque en el futuro, esas inversiones te devolverán el dinero.
Los próximos cinco años no necesariamente serán una era de oportunidades por doquier, pero sí serán una era en la que prevalece quien sea más estable y quien viva más tiempo.
Mantener bien tu bolsillo, en definitiva, es mantener tu confianza y tu poder de elección.
No dejes que la satisfacción momentánea de hoy bloquee todos los caminos del mañana.
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Estos últimos dos años me han dado una intuición cada vez más clara:
En los próximos cinco años, para la gente común, ganar dinero será importante, pero lo más crucial es no perder el dinero que ya han ganado.
No es una amenaza, es que el entorno realmente ha cambiado.
Por un lado, los ingresos crecen más lentamente, el trabajo es más difícil y las oportunidades escasean; por otro, las tentaciones aumentan:
El consumismo de “disfrutar primero”, los productos de consumo adictivos y decorados de manera llamativa, las estafas de “proyectos” y “actividades secundarias” con altos retornos...
Un pequeño FOMO y podrías terminar siendo estafado y perdiendo una gran suma.
Mi juicio es simple: en los próximos cinco años, lo principal para la gente común en cuanto a guardar dinero, es no dejarse llevar por otros.
En el consumo, el problema nunca ha sido comprar, sino por qué compras.
Algunas compras son necesarias, aquellas que mejoran la eficiencia, reducen el desgaste interno, y hacen que tu cuerpo y cerebro funcionen mejor, esas son inversiones correctas.
Lo realmente peligroso es aquel tipo de compras como:
Pensar que no ibas a comprar, pero al ver varias recomendaciones de “me gusta” de repente sientes que “también lo necesito”;
No tener mucha presión, pero al navegar por las redes empiezas a cuestionar “¿estoy viviendo demasiado austamente?”.
Este tipo de consumo impulsado por las emociones, con el tiempo solo te convertirá en un esclavo del dinero y en un deudor que vive al día.
Lo mismo pasa con la inversión.
Muchos no fracasan por el riesgo en sí, sino por las historias de altos retornos.
Si lo miras bien, el 90% de los proyectos que prometen “dinero fácil, ganancias pasivas, garantía, gestión” en realidad solo están recaudando dinero de novatos.
Honestamente, lo que los comunes pueden entender claramente suele ser hacer inversiones periódicas en Bitcoin, gestionar fondos y recibir airdrops en plataformas de intercambio, y asignar fondos a índices bursátiles y bonos estadounidenses de forma estable y a largo plazo;
Lo que excede su conocimiento, mejor no tocarlo, ganar un poco menos es mucho más importante que perderlo todo.
Por eso, ahora prefiero un principio muy simple:
Gasta tu dinero en lo que pueda hacer que valgas más en el futuro, no en la vanidad y los impulsos del momento.
Aprender habilidades reales, comprar tiempo y eficiencia, cuidar tu salud y energía, todo eso también es ahorrar dinero,
Porque en el futuro, esas inversiones te devolverán el dinero.
Los próximos cinco años no necesariamente serán una era de oportunidades por doquier, pero sí serán una era en la que prevalece quien sea más estable y quien viva más tiempo.
Mantener bien tu bolsillo, en definitiva, es mantener tu confianza y tu poder de elección.
No dejes que la satisfacción momentánea de hoy bloquee todos los caminos del mañana.