Empecé con un capital de 3000 USDT y ahora ya he llegado a varios cientos de miles.

No fue por información privilegiada ni por ninguna técnica impresionante. Simplemente me aferro a dos cosas: cortar pérdidas sin dudar cuando es necesario y salir cuando gano un 5%.

¿Suena tonto? Quizá es la suerte de los “tontos”.

Al principio yo también perseguía subidas y vendía en las bajadas, me moría de envidia viendo a otros duplicar su dinero, pero mi cuenta era como una montaña rusa: subía rápido, pero bajaba aún más rápido. He reventado cuentas, he perdido hasta dudar de todo; esa sensación la conozco demasiado bien.

Después entendí algo: en este mercado siempre hay oportunidades, pero tu capital solo tiene una vida.

Así que cambié de estrategia. No persigo modas, no lo apuesto todo de golpe, siempre pruebo solo con una parte de la cuenta. Si gano un 5%, me salgo; si pierdo, corto de inmediato. ¿Parece que los beneficios son lentos? Pero a base de repetir, el dinero pequeño se convierte en grande.

El escalonado al aumentar posiciones también es clave. No entres todo de una vez, divide en tres o cinco partes para construir tu posición poco a poco. Si el precio baja, puedes promediar; si sube, tampoco te pilla desprevenido. Si marcas este ritmo, tu mentalidad también se estabiliza.

Muchos pierden porque son demasiado impacientes, quieren recuperarlo todo en una sola operación, y acaban cada vez más hundidos. El mercado no te da oportunidades porque tengas prisa, solo castiga a quienes pierden el control.

Tras mucho tiempo en el mundo cripto te das cuenta de que los que realmente ganan no son los que gritan señales cada día, sino los que callan y ejecutan con disciplina. Sigue las reglas, mantén el ritmo, el tiempo te dará la respuesta.

Si ahora mismo estás ansioso o luchando, quizá deberías parar y pensar: ¿estás haciendo trading, o estás apostando a la suerte?