Los vídeos de interpretación de «Youth» en Bilibili se han vuelto virales

El profesor Ma ya la había visto hace unos días, y algunos compañeros me preguntaron por qué esto se ha hecho tan popular. Os lo explico:

Uno,
No es en absoluto porque la vida de las clases bajas se haya vuelto más difícil; la vida de los de abajo siempre ha sido dura, nunca ha sido fácil. Las clases bajas, o lo que se llama la base de esta tierra, tienen una capacidad de aguante asombrosa.

Dos,
Bilibili no es una web usada por las clases bajas. Ya sea repartiendo comida, entregando paquetes, conduciendo para Didi, trabajando de guardia de seguridad, limpieza o como niñera, la gente que intercambia su tiempo de trabajo por un salario no tiene tiempo para ver un vídeo de 40 minutos con un lenguaje tan críptico. Así que el éxito viral en Bilibili ha captado el corazón de una clase media que ya ha caído, o está a punto de deslizarse hacia las capas más bajas.

Tres,
¿De dónde viene la clase media en China? Es una cuestión interesante. Porque en la película «Youth» precisamente no aparece esta clase. Liu Feng y He Xiaoping representan al pueblo trabajador, Lin Dingding y Chen Can a los privilegiados. En esa época, había un temor: no había clase media.

Cuatro,
Así, al final de «Youth», la disputa sobre la línea política tuvo un desenlace, y rápidamente comenzamos la urbanización, naciendo por primera vez una clase media en China en sentido estricto. La clase media es en realidad un concepto falso; la clase media es un proletariado enriquecido, lo que confirma una idea de Deng Xiaoping: permitir que una parte de la población se enriquezca antes.
Todo tiene dos caras, Lin Dingding y Chen Can quizás se hicieron muy ricos. Pero sin la política de reforma y apertura, sin veinte años de desarrollo bajo Jiang y Hu, no habrían salido de la pobreza cientos de millones de personas.

Cinco
Replantear la disputa sobre la línea política es porque una enorme clase media se enfrenta de nuevo a descender; palabras como recortes salariales, despidos, desempleo, viviendas inacabadas, ejecuciones hipotecarias, subastas judiciales, no casarse, no tener hijos, pesan sobre los hombros de la clase media, y no son consecuencia de la reforma y apertura. Wen Jiabao dijo una vez: si no se reforma el sistema político, hasta gobernar es peligroso, ¿cómo se reforma la política? Redistribución secundaria.
Sin reforma y apertura, saliendo por la izquierda acaban en Corea del Norte; allí también están Lin Dingding y Chen Can, pero tú solo puedes ser Liu Feng o He Xiaoping que no viven en Pyongyang, luchando por una plaza en un grupo artístico para poder entrar en Pyongyang.

Seis,
La ambigüedad sobre la Revolución Cultural tras la reforma y apertura tiene múltiples razones. Por un lado, esa historia no es gloriosa; si no te crees lo de los combates armados, puedes llamarlo disturbios internos, pero daña la legitimidad del gobierno. Por otro lado, la narrativa de clases ya no es la principal contradicción; Japón, Corea, Taiwán, Singapur y Hong Kong hacían lo mismo: desarrollar las fuerzas productivas.

El boom de los vídeos interpretando «Youth» se debe en parte a la curiosidad por esa etapa histórica; los nacidos después del 95 ya llegaron en una época de desarrollo acelerado, la mayoría de los nacidos en el 2000 cuando empezaron a tener recuerdos ya era la Olimpiada de 2008, con Liu Huan y Sarah Brightman cantando: «Tú y yo, corazón a corazón, vivimos juntos en el pueblo global». Aquella fue la cima de la apertura de China al mundo: si tienes curiosidad, busca los países invitados, todo Occidente era nuestro invitado de honor. En estas décadas de mirar hacia el desarrollo económico, la historia de la Revolución Cultural realmente se ha diluido.

Otra parte de la causa es la protesta de los nacidos antes del 95 y los de los 80, que conocen mejor esa historia y saben que solo luchando se consigue la victoria. Estas personas tienen mayores a su cargo, hijos pequeños, enormes hipotecas o afrontan pérdidas de activos. Han visto tanto el desarrollo a toda velocidad como los cupones de racionamiento en los viejos comercios estatales. El temido descenso de la clase media está más cerca que nunca; ahora, la redistribución secundaria moderada es totalmente ineficaz, así que volver a la narrativa de clase y la disputa sobre la línea política, perder-perder es mejor que solo uno gane.

Siete,
Mucha gente, desde muchas perspectivas, en muchos lugares, por muchas razones, escribe conjuntamente “¡Viva el pueblo!”. Pero ver la pantalla llena de “¡Viva el pueblo!” duele por dentro.
El pueblo siempre ha sido solo un símbolo, como Chen Jinnan le dice a Wei Xiaobao en «El ciervo y el caldero»: restaurar la dinastía Ming es solo un eslogan, da igual si lo cambias por “Amitabha”. El “¡Viva el pueblo!” hace tiempo que recoge miles de palabras. Su significado es tan complejo que ya no se puede explicar.
Treinta años de lucha de clases como línea principal, cuarenta años de desarrollo económico como centro; veremos qué pasa.

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