Las autoridades tailandesas acaban de soltar una bomba: han congelado más de $318 millones en activos y emitido 42 órdenes de arresto como parte de una gran ofensiva contra operaciones fraudulentas relacionadas con criptomonedas.

No se trata de una redada menor. Estamos hablando de una de las mayores acciones policiales contra esquemas fraudulentos en el sudeste asiático que llevan tiempo desangrando a los inversores. Según se informa, los activos incautados incluyen monedas digitales, propiedades de lujo y vehículos de alta gama vinculados a redes organizadas de estafas.

Lo que realmente llama la atención aquí: Tailandia se ha estado posicionando como un centro amigable con las criptomonedas en los últimos años, pero esta acción demuestra que los reguladores no están dispuestos a jugar cuando se trata de proteger a los inversores. Las 42 órdenes sugieren que la operación iba dirigida contra toda una red, y no contra actores aislados.

Para cualquiera que opere o invierta en la región, el mensaje es claro. La tolerancia regulatoria tiene límites y los gobiernos cada vez coordinan más esfuerzos para perseguir operaciones fraudulentas, incluso a través de fronteras. La magnitud de la incautación de activos también sugiere lo rentable (y dañinas) que se han vuelto estas estafas.

Estad atentos a cómo se desarrolla esto. Podría sentar precedentes para oleadas de aplicación similares en toda Asia.