Tony Robbins reveló en un podcast una asombrosa pérdida: perdió 125 millones de dólares en una sociedad. No es una historia de sufrimiento pasivo, sino un viaje activo de aprendizaje.
¿Por qué explotó esta transacción?
La situación es la siguiente: Robbins colaboró con un hombre que se autodenominaba multimillonario, quien se presentó diciendo que tenía una fuerte relación con Amway (el imperio de las ventas multinivel). Ambos firmaron un acuerdo de “Responsabilidad Conjunta y Solidaria”, en el cual Robbins empaquetó toda su responsabilidad y riesgo. El resultado fue que, tras abrir el negocio, se dio cuenta de que este individuo en realidad no tenía voz ni voto en Amway, sus activos eran solo 50 millones, muy por debajo de lo que había afirmado. Y Robbins debía asumir una responsabilidad de deuda de 125 millones.
La clave es que Robbins no echó la culpa, sino que se preguntó a sí mismo: ¿qué me enseñó esto?
Cuatro lecciones contundentes
1. Solo hay crecimiento fuera de la zona de confort
Robbins dice que puede soportar un agujero tan grande porque siempre se ha empujado a sí mismo más allá de sus límites. Desde problemas de millones → decenas de millones → hasta el último desastre de 125 millones, cada paso lo ha hecho evolucionar. “Cometerás errores, pero es en los lugares incómodos donde te preparas para desafíos más grandes.”
Esto se aplica a todos los que quieren hacer grandes negocios: no te escondas en territorios conocidos, cuanto más grande sea el problema, más rápido podrás crecer.
2. Los socios deben investigar a fondo, realmente deben investigar
Al ser preguntado sobre cómo elegir socios en la actualidad, la respuesta de Robbins sorprendió al presentador: “Hacer una investigación de antecedentes sobre cada persona con la que se va a colaborar—cada aspecto de la vida.” También añadió que él mismo estaría dispuesto a ser investigado, para que ambas partes sepan quién es el otro.
“Estoy hablando en serio,” enfatizó Robbins.
No se trata de tener un corazón fuerte en defensa, sino de ser profesional. Tienes que invertir dinero, tiempo y reputación; no entender a fondo al oponente es apostar.
3. La contratación también debe establecer altos estándares
El proceso de entrevista de Robbins es muy especial: el anuncio de trabajo deja claro que solo las personas que se consideran “de nivel mundial” pueden enviar su currículum.
Después de enviar el currículum, la entrevista es muy rígida y directa: ¿por qué crees que eres de clase mundial? La mayoría de las personas no logran superar esta etapa. Solo aquellos candidatos que, a pesar de ser rechazados, siguen persiguiendo, con una actitud y resiliencia sólidas, tienen la oportunidad de llegar a la verdadera entrevista.
Suena frío, pero así es como se atrae a verdaderos talentos.
4. El carácter vale más que las habilidades
El punto central de Robbins es: los mejores empleados son “encontrados, no entrenados”.
Su lógica es muy simple: al contratar, primero se debe considerar el carácter y la actitud, las habilidades se pueden enseñar después. La moral y la actitud son cosas que no se pueden enseñar. Esta es la clave para ampliar el equipo: encontrar a las personas adecuadas y luego hacer que se adapten al puesto es mucho más rentable que encontrar a alguien con un currículum atractivo pero con problemas de carácter.
Lógica subyacente
Esto no es Robbins enseñándote a evitar el fracaso: 125 millones de pérdidas son imposibles de evitar. Lo que él enseña es: cuando ocurren grandes cosas malas, no caigas en la mentalidad de víctima, en su lugar, pregúntate qué puedes aprender de ello. Esta forma de pensar es en sí misma la riqueza más valiosa.
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Cuando un $125M Acuerdo Sale Mal: Lo Que Tony Robbins Realmente Aprendió
Tony Robbins reveló en un podcast una asombrosa pérdida: perdió 125 millones de dólares en una sociedad. No es una historia de sufrimiento pasivo, sino un viaje activo de aprendizaje.
¿Por qué explotó esta transacción?
La situación es la siguiente: Robbins colaboró con un hombre que se autodenominaba multimillonario, quien se presentó diciendo que tenía una fuerte relación con Amway (el imperio de las ventas multinivel). Ambos firmaron un acuerdo de “Responsabilidad Conjunta y Solidaria”, en el cual Robbins empaquetó toda su responsabilidad y riesgo. El resultado fue que, tras abrir el negocio, se dio cuenta de que este individuo en realidad no tenía voz ni voto en Amway, sus activos eran solo 50 millones, muy por debajo de lo que había afirmado. Y Robbins debía asumir una responsabilidad de deuda de 125 millones.
La clave es que Robbins no echó la culpa, sino que se preguntó a sí mismo: ¿qué me enseñó esto?
Cuatro lecciones contundentes
1. Solo hay crecimiento fuera de la zona de confort
Robbins dice que puede soportar un agujero tan grande porque siempre se ha empujado a sí mismo más allá de sus límites. Desde problemas de millones → decenas de millones → hasta el último desastre de 125 millones, cada paso lo ha hecho evolucionar. “Cometerás errores, pero es en los lugares incómodos donde te preparas para desafíos más grandes.”
Esto se aplica a todos los que quieren hacer grandes negocios: no te escondas en territorios conocidos, cuanto más grande sea el problema, más rápido podrás crecer.
2. Los socios deben investigar a fondo, realmente deben investigar
Al ser preguntado sobre cómo elegir socios en la actualidad, la respuesta de Robbins sorprendió al presentador: “Hacer una investigación de antecedentes sobre cada persona con la que se va a colaborar—cada aspecto de la vida.” También añadió que él mismo estaría dispuesto a ser investigado, para que ambas partes sepan quién es el otro.
“Estoy hablando en serio,” enfatizó Robbins.
No se trata de tener un corazón fuerte en defensa, sino de ser profesional. Tienes que invertir dinero, tiempo y reputación; no entender a fondo al oponente es apostar.
3. La contratación también debe establecer altos estándares
El proceso de entrevista de Robbins es muy especial: el anuncio de trabajo deja claro que solo las personas que se consideran “de nivel mundial” pueden enviar su currículum.
Después de enviar el currículum, la entrevista es muy rígida y directa: ¿por qué crees que eres de clase mundial? La mayoría de las personas no logran superar esta etapa. Solo aquellos candidatos que, a pesar de ser rechazados, siguen persiguiendo, con una actitud y resiliencia sólidas, tienen la oportunidad de llegar a la verdadera entrevista.
Suena frío, pero así es como se atrae a verdaderos talentos.
4. El carácter vale más que las habilidades
El punto central de Robbins es: los mejores empleados son “encontrados, no entrenados”.
Su lógica es muy simple: al contratar, primero se debe considerar el carácter y la actitud, las habilidades se pueden enseñar después. La moral y la actitud son cosas que no se pueden enseñar. Esta es la clave para ampliar el equipo: encontrar a las personas adecuadas y luego hacer que se adapten al puesto es mucho más rentable que encontrar a alguien con un currículum atractivo pero con problemas de carácter.
Lógica subyacente
Esto no es Robbins enseñándote a evitar el fracaso: 125 millones de pérdidas son imposibles de evitar. Lo que él enseña es: cuando ocurren grandes cosas malas, no caigas en la mentalidad de víctima, en su lugar, pregúntate qué puedes aprender de ello. Esta forma de pensar es en sí misma la riqueza más valiosa.