El último Libro Beige de la Reserva Federal (FED) oculta muchas pistas. El fenómeno de la diferenciación del consumo mencionado en el informe ya es bastante evidente: los grupos de altos ingresos siguen gastando, mientras que las personas de ingresos medios y bajos han comenzado a apretarse el cinturón.

Este tipo de recuperación en K tiene un impacto considerable en la decisión de reducción de tasas de interés de diciembre. Internamente, ahora hay realmente discrepancias: los dovish creen que se debe continuar con la flexibilización para apoyar el empleo, mientras que los hawkish temen un rebote de la inflación y no se atreven a actuar sin cuidado. Con ambas partes en un punto muerto, el mercado solo puede saltar de un lado a otro entre los datos.

Sin embargo, desde otra perspectiva, esta diferenciación podría no ser algo negativo para los activos digitales. La liquidez en manos de las clases acomodadas siempre tiene que encontrar una salida; después de que la asignación de activos tradicionales esté saturada, la atracción de las criptomonedas como activos alternativos, de hecho, está aumentando. Cuanto más fragmentada esté la economía, más se concentrarán los fondos en los activos de alta calidad.

La estrategia en esta etapa no es complicada: mantén los principales criptomonedas sin hacer movimientos innecesarios. Las fluctuaciones a corto plazo son normales, y si hay una corrección debido a algún dato económico, es un buen momento para considerar aumentar tu posición. La clave es no involucrarse con esos proyectos de criptomonedas sin un escenario de aplicación real, que solo se basan en narrativas y especulación.

Cuanto más borroso sea el entorno macroeconómico, más hay que aferrarse a la certeza. Mantener proyectos líderes con apoyo ecológico es mucho más confiable que perseguir la explosión a corto plazo de pequeñas monedas.