Otra vez se ha dictado sentencia en un caso de fraude con moneda virtual.

Esto ocurrió en marzo del año pasado, un caso que fue revelado recientemente por la fiscalía de cierta localidad: 11 personas formaron un grupo para cometer fraude y ahora todos han sido condenados.

Su método en realidad no es nuevo: alquilan un pequeño apartamento como base y montan lo que llaman una "fábrica de estafas". La división del trabajo es bastante clara, hay quienes se encargan de empaquetar la personalidad, otros que se ocupan de la capacitación en el discurso, y también hay quienes se encargan de supervisar las transferencias.

Lo más cruel son las técnicas de disfraz—los miembros de la pandilla fingen ser "mujeres élite del mundo financiero", y sus redes sociales están llenas de fotos de un estilo de vida lujoso y capturas de ganancias de inversiones. Primero, conversan sobre establecer una relación de confianza con el objetivo, y luego lentamente lo llevan al tema de la inversión en moneda virtual. Cuando realmente envías el dinero a la plataforma que ellos controlan, es como si un bao de carne cayera a un perro.

Este tipo de casos se han vuelto bastante comunes en los últimos dos años. Los fraudes que utilizan la bandera de blockchain y activos digitales aparecen constantemente, y sus métodos son cada vez más sofisticados y organizados.

Una advertencia: cualquier inversión que prometa ganancias seguras y sin riesgo, especialmente si requiere transferencias privadas, generalmente tiene problemas. Las plataformas legítimas no funcionan así.