El indicador de riesgo de deuda de Oracle acaba de alcanzar niveles que no habíamos visto en tres años. Morgan Stanley no se anda con rodeos aquí: 2026 podría complicarse a menos que el gigante del software logre convencer a los inversores de que sus enormes apuestas en infraestructura de IA no son imprudentes.

La tensión es bastante sencilla: Oracle está invirtiendo miles de millones en centros de datos de IA y capacidades en la nube, pero el mercado está nervioso sobre si estas inversiones realmente darán frutos. Cuando un importante banco de inversión comienza a señalar preocupaciones crediticias, suele ser una señal de que la paciencia de Wall Street se está agotando.

Lo interesante es el momento. Estamos viendo que esto sucede justo cuando se intensifica la carrera armamentista de IA de las grandes tecnológicas. Oracle claramente está tratando de posicionarse como un jugador serio en la IA empresarial, pero los mercados de deuda básicamente están preguntando: "Muéstranos el dinero." Si el crecimiento de ingresos de estos proyectos de IA no se materializa pronto, la prima de riesgo sobre sus bonos podría aumentar aún más.

Por ahora, todos los ojos están puestos en los próximos trimestres de Oracle. ¿Pueden demostrar un impulso en IA que justifique el gasto? Esa es la pregunta de mil millones de dólares.