¿Recuerdas cuando los críticos afirmaron que Solana estaba terminado después de que la locura de los NFT se desvaneció? Ahora lo están haciendo de nuevo, insistiendo en que la cadena está condenada porque el impulso de los memecoins se está enfriando.

Aquí está la realidad: Solana no se va a ninguna parte.

Esta narrativa ya se ha presentado antes. Cuando un vertical se calma, los incrédulos saltan a conclusiones. Pero lo que no ven es la infraestructura que se ha construido: la velocidad, las bajas tarifas, la actividad de los desarrolladores que sigue acumulándose bajo el ruido superficial.

¿Qué será lo próximo que despierte interés en las criptomonedas? Hay una buena posibilidad de que se lance en Solana. La base ya está ahí, probada en batalla y lista. Desestimar esta cadena porque una tendencia cambia es como declarar muerto a internet cuando Myspace colapsó.