Después de encontrar un pequeño airdrop, entendí de inmediato todas las emociones que sienten los trabajadores por las bonificaciones.
Hace unos días probé una pequeña tarea en la plaza Gate, sin muchas expectativas, y de repente mi billetera saltó con un mensaje: "Has recibido 27.3 tokens de cierto tipo." En ese momento, me levanté de la silla: —— no es la cantidad grande —— no es el valor alto —— pero eso es "lo que cayó del cielo" esto es más feliz que un aumento de 50 en el salario. De repente entendí la esencia del ecosistema de airdrops: los airdrops no son dinero, son sorpresas; no son eficiencia, son valor emocional. Un amigo me vio emocionado como si hubiera ganado la lotería y analizó fríamente: "Esta cosa podría no valer mucho en el futuro." Pero a mí no me importa en absoluto, porque en ese momento la sensación fue como: "¡Finalmente la cadena me reconoce!" Lo más divertido es que, después de recibir el airdrop, comencé a cuestionar mi vida: ——¿acaso tengo realmente buena suerte financiera? ——¿debería participar más en tareas? ——¿está el código de la riqueza llamándome? Una conclusión en una frase: el valor de un pequeño airdrop no es la cantidad, sino el espacio de imaginación de que "algún día en el futuro, de repente, se disparará". Pregunta interactiva: ➡️¿Cuál ha sido el valor del airdrop más ridículo que has recogido?
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#我的Web3感恩瞬间
Después de encontrar un pequeño airdrop, entendí de inmediato todas las emociones que sienten los trabajadores por las bonificaciones.
Hace unos días probé una pequeña tarea en la plaza Gate, sin muchas expectativas, y de repente mi billetera saltó con un mensaje: "Has recibido 27.3 tokens de cierto tipo."
En ese momento, me levanté de la silla: —— no es la cantidad grande —— no es el valor alto —— pero eso es "lo que cayó del cielo" esto es más feliz que un aumento de 50 en el salario.
De repente entendí la esencia del ecosistema de airdrops: los airdrops no son dinero, son sorpresas; no son eficiencia, son valor emocional.
Un amigo me vio emocionado como si hubiera ganado la lotería y analizó fríamente: "Esta cosa podría no valer mucho en el futuro." Pero a mí no me importa en absoluto, porque en ese momento la sensación fue como: "¡Finalmente la cadena me reconoce!"
Lo más divertido es que, después de recibir el airdrop, comencé a cuestionar mi vida: ——¿acaso tengo realmente buena suerte financiera? ——¿debería participar más en tareas? ——¿está el código de la riqueza llamándome?
Una conclusión en una frase: el valor de un pequeño airdrop no es la cantidad, sino el espacio de imaginación de que "algún día en el futuro, de repente, se disparará".
Pregunta interactiva: ➡️¿Cuál ha sido el valor del airdrop más ridículo que has recogido?