El banco central de Nueva Zelanda acaba de realizar lo que podría ser su último recorte de tasas para este ciclo, reduciendo los costos de los préstamos a los niveles más bajos que hemos visto en más de tres años. Pero aquí está el giro: básicamente están diciendo a los mercados que no esperen mucho más. La era dovish parece estar llegando a su fin.

Este cambio importa más de lo que la gente se da cuenta. Cuando los principales bancos centrales comienzan a frenar la flexibilización, normalmente señala un cambio en el apetito por el riesgo en todas las clases de activos. El dinero más barato ha sido un viento a favor para los activos de riesgo, incluido el cripto. Ahora estamos observando que esa dinámica podría revertirse.

El cambio de la RBNZ refleja una mayor confianza en su lucha contra la inflación, pero también significa condiciones financieras más estrictas por delante. Para aquellos que siguen los flujos de liquidez global, este es otro punto de datos que sugiere que la fiesta del dinero fácil está llegando a su fin. A los mercados no les gusta la incertidumbre, y los cambios de política anunciados como este tienden a afectar todo, desde las acciones hasta los activos digitales.