La clase graduada de 2026 creció con la IA como su compañero académico. Desde generar esquemas de ensayos hasta, seamos honestos, a veces cruzar la línea hacia atajos directos en las tareas—estos estudiantes se apoyaron fuertemente en la inteligencia de la máquina durante la universidad.

Pero aquí está el detalle: esa misma fluidez en IA podría no traducirse cuando comiencen a buscar trabajo. Los empleadores no están exactamente buscando candidatos cuya habilidad principal sea la ingeniería de prompts para cumplir con sus responsabilidades. El espacio de trabajo del mundo real exige pensamiento crítico, responsabilidad y habilidades para resolver problemas que no se pueden copiar y pegar desde ChatGPT. Para muchos en esta cohorte, la transición de la academia asistida por IA a un rendimiento profesional independiente podría sentirse como chocar contra una pared de ladrillos. Las herramientas que facilitaron la universidad podrían haber dejado inadvertidamente vacíos en las habilidades que los empleadores realmente valoran.