¿Editar embriones humanos? Claro, es uno de los debates más candentes en biotecnología en este momento. Pero aquí está el giro: más empresas están entrando en la jugada, impulsadas por una idea descabellada: si PODEMOS hacerlo, tal vez DEBAMOS. La tecnología existe, y esa capacidad en sí misma se convierte en una responsabilidad. ¿Puedes imaginarlo? El poder de alterar la genética humana no está solo ahí sin usar. Está empujando límites, forzando conversaciones. Algunos lo llaman jugar a ser Dios; otros lo ven como el siguiente paso inevitable en la ingeniería genética. De cualquier manera, el genio está fuera de la botella.