La historia acaba de hacerse en el Estado de la Estrella Solitaria. Texas ha tomado la decisión de hacer algo que ningún otro estado de EE. UU. se ha atrevido a hacer: Soltar $10 millones en Bitcoin para su Reserva Estratégica. Sí, lo leíste bien. No bonos, no lingotes de oro acumulando polvo en alguna bóveda, sino BTC real.

Esto no es un fondo de cobertura haciendo movimientos ni otra jugada de diversificación de tesorería corporativa. Estamos hablando de dinero del gobierno a nivel estatal fluyendo hacia las criptomonedas. Texas se acaba de convertir en el primer dominó que podría caer en lo que podría cambiar la forma en que los estados estadounidenses piensan sobre los activos de reserva. El $10M puede sonar modesto en comparación con los billones que gestionan los estados, pero es el precedente lo que importa aquí.

Mientras que otros estados han estado hablando sobre legislación amigable con las criptomonedas o operaciones de minería, Texas siguió adelante y realmente asignó dólares de los contribuyentes a activos digitales. Ese es un nivel completamente diferente de compromiso. Señala confianza no solo en la tecnología, sino en el papel de Bitcoin como un almacén de valor legítimo a nivel institucional.

La pregunta ahora no es si otros estados seguirán—sino cuál será el siguiente y cuánto se comprometerán. Texas acaba de abrir las compuertas.