Las vibras de la mañana se sienten diferentes hoy. He estado indagando en esta cadena que está realmente construida para jugadores institucionales—estamos hablando de bancos con acceso a $100 trillones en liquidez y 6 mil millones de usuarios potenciales.

¿Qué llamó mi atención? Tres cosas. Protocolos de cumplimiento integrados que no comprometen la descentralización. Arquitectura de subred privada para instituciones que necesitan confidencialidad. Y seguridad resistente a la cuántica porque, sí, esa amenaza es real.

Esto no es otro experimento DeFi. Es una infraestructura diseñada para canalizar el capital de las finanzas tradicionales directamente en la cadena. ¿La brecha entre los sistemas heredados y los rieles descentralizados? Se está estrechando día a día.