Lo más doloroso que ha ocurrido en el mercado en las últimas semanas es que las acciones de las empresas cotizadas que se enriquecieron al mantener monedas han caído en picada de manera colectiva.
Primero veamos cuán trágicos son los datos:
MicroStrategy (MSTR) ha caído de una capitalización de mercado de 12.8 mil millones de dólares en julio a 7 mil millones ahora, evaporando cerca del 45%.
La compañía de monedas de Ethereum BitMine ha tenido una caída de más del 30% en un mes.
El ETF de Tuttle Capital que hace 3 veces la inversión en MSTR (MSTU) se ha reducido a la mitad, con una caída del 50%
Y el BTC solo tuvo una caída del 15%
¿Por qué la caída es tan severa? En pocas palabras, es el costo de apalancarse. Estas empresas son en esencia activos criptográficos apalancados; si el BTC cae un 15%, ellos caen entre un 30% y un 50%, lo cual está determinado por el mecanismo.
El mercado se ha dividido en dos facciones:
Un sector es bajista: el legendario bajista Jim Chanos envió señales de retirada el viernes pasado, su lógica es bastante directa: “Ya que ahora hay ETF al contado, ¿por qué gastar una prima en comprar la moneda de la empresa?” El jefe de Spectra Markets es aún más contundente: “Es como gastar 2 dólares para comprar un billete de 1 dólar, tarde o temprano se quedará atrapado.”
Otra facción está comprando en la caída: un inversor de 29 años llamado Cole Grinde ya ha perdido 10,000 dólares, pero está aumentando su posición en BitMine, porque confía en el ecosistema de Ethereum y en la dirección (el exejecutivo de JPMorgan Tom Lee).
La pregunta clave es: ¿cuánto tiempo más podrán aguantar estas empresas?
Las empresas que tienen suficiente efectivo y capacidad de financiamiento (como Strive, que acaba de recibir financiamiento) pueden estar bien. Pero aquellas que enfrentan dificultades de financiamiento y dependen de la emisión de acciones para conseguir fondos están en problemas: no pueden comprar moneda y el precio de la moneda seguirá siendo presionado a la baja. Una vez que se rompa la cadena de financiamiento, esta operación podría pasar de ser “arbitraje inteligente” a “explosión concentrada”.
Juicio de la línea de fondo: No se trata del problema de la moneda, es un problema estructural. A largo plazo, el bitcoin no ha muerto y su valor sigue ahí, pero jugar con la prima de las empresas que cotizan en bolsa conlleva riesgos. La cuestión ahora ya no es “si comprar moneda” sino “¿por qué hay que comprar esta capa?”.
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Las acciones de la compañía de Bitcoin se desplomaron un 40%, los inversores se encuentran en un dilema: ¿mantenerse firmes o aumentar la posición?
Lo más doloroso que ha ocurrido en el mercado en las últimas semanas es que las acciones de las empresas cotizadas que se enriquecieron al mantener monedas han caído en picada de manera colectiva.
Primero veamos cuán trágicos son los datos:
¿Por qué la caída es tan severa? En pocas palabras, es el costo de apalancarse. Estas empresas son en esencia activos criptográficos apalancados; si el BTC cae un 15%, ellos caen entre un 30% y un 50%, lo cual está determinado por el mecanismo.
El mercado se ha dividido en dos facciones:
Un sector es bajista: el legendario bajista Jim Chanos envió señales de retirada el viernes pasado, su lógica es bastante directa: “Ya que ahora hay ETF al contado, ¿por qué gastar una prima en comprar la moneda de la empresa?” El jefe de Spectra Markets es aún más contundente: “Es como gastar 2 dólares para comprar un billete de 1 dólar, tarde o temprano se quedará atrapado.”
Otra facción está comprando en la caída: un inversor de 29 años llamado Cole Grinde ya ha perdido 10,000 dólares, pero está aumentando su posición en BitMine, porque confía en el ecosistema de Ethereum y en la dirección (el exejecutivo de JPMorgan Tom Lee).
La pregunta clave es: ¿cuánto tiempo más podrán aguantar estas empresas?
Las empresas que tienen suficiente efectivo y capacidad de financiamiento (como Strive, que acaba de recibir financiamiento) pueden estar bien. Pero aquellas que enfrentan dificultades de financiamiento y dependen de la emisión de acciones para conseguir fondos están en problemas: no pueden comprar moneda y el precio de la moneda seguirá siendo presionado a la baja. Una vez que se rompa la cadena de financiamiento, esta operación podría pasar de ser “arbitraje inteligente” a “explosión concentrada”.
Juicio de la línea de fondo: No se trata del problema de la moneda, es un problema estructural. A largo plazo, el bitcoin no ha muerto y su valor sigue ahí, pero jugar con la prima de las empresas que cotizan en bolsa conlleva riesgos. La cuestión ahora ya no es “si comprar moneda” sino “¿por qué hay que comprar esta capa?”.