Últimamente, la tendencia Move-to-Earn ha vuelto a ganar popularidad. Sweatcoin, como uno de los proyectos líderes en este sector, ya ha acumulado 120 millones de usuarios en todo el mundo y ha generado más de 50.000 millones de tokens SWEAT. Esta lógica aparentemente sencilla —caminar = minar— está cambiando silenciosamente la percepción de mucha gente sobre la “vida en la blockchain”.
Un mecanismo con miga
En esencia, consta de tres pasos: descargar la app → caminar → ganar monedas. Por cada 1.000 pasos se generan 0,95 Sweatcoin, que pueden usarse para comprar productos en el mercado de la app o convertirse en el token on-chain SWEAT para operar en exchanges.
Pero hay un detalle importante: la dificultad de minado está aumentando. Al principio, 1.000 pasos = 1 SWEAT; ahora se necesitan 3.623 pasos para 1 SWEAT y seguirá aumentando hasta 2028. Este diseño imita la lógica del halving de Bitcoin, pero utiliza una “depreciación” en vez de una “reducción a la mitad” para controlar la oferta; actualmente, el límite de emisión diaria es de 5 tokens, que se puede ampliar mediante staking.
Un ecosistema en expansión
Sweatcoin ya ha cerrado acuerdos con más de 600 marcas, incluidas grandes como Apple, Audible y Headspace, además del respaldo del NHS (Sistema Nacional de Salud del Reino Unido). Esto significa que tus monedas no solo se pueden gastar dentro de la app, sino también canjear por productos y servicios reales.
Los planes de futuro son aún más ambiciosos:
Integración con mercados NFT
Soporte para más tipos de actividad física (ciclismo, natación, etc.)
Estructura de gobernanza DAO (dando verdadero poder a los usuarios)
Integración profunda con dispositivos wearables como Fitbit y Garmin
Riesgos a tener en cuenta
Presión inflacionaria: 1,2 millones de usuarios generando tokens cada día solo hace crecer la oferta. Para mantener el precio, es imprescindible un crecimiento constante de usuarios y casos de uso, justo donde STEPN fracasó en su momento.
Fidelidad del usuario: El modelo gratuito es atractivo, pero carece de la barrera de entrada NFT y la profundidad de juego de STEPN. ¿Cuánto tiempo podrá sostenerse solo con el “incentivo de caminar”? Es una incógnita.
Preocupaciones sobre la privacidad: Aunque la compañía afirma que los datos están cifrados y no se venden, el seguimiento por GPS convierte los datos de localización en un activo. Este aspecto sensible necesita una supervisión continua.
Aspectos a seguir de cerca
El renovado interés en Move-to-Earn en 2024 responde a la tendencia de fusión entre aplicaciones de salud y recompensas on-chain. El éxito de Sweatcoin no reside en el token en sí, sino en el modelo de vincular incentivos virtuales con comportamientos saludables en la vida real.
Para el inversor, esto no es un juego de “comprar tokens para ganar dinero rápido”, sino una apuesta por si el ecosistema será capaz de crear un ciclo de valor sostenible. La oferta crece, ¿podrá mantenerse el precio? ¿Llegarán nuevos usuarios de forma constante? Si estas dos preguntas tienen respuesta positiva, SWEAT tendrá una historia que contar.
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Sweatcoin: De ganar tokens caminando a un ecosistema on-chain, ¿por qué triunfa este proyecto Move-to-Earn?
Últimamente, la tendencia Move-to-Earn ha vuelto a ganar popularidad. Sweatcoin, como uno de los proyectos líderes en este sector, ya ha acumulado 120 millones de usuarios en todo el mundo y ha generado más de 50.000 millones de tokens SWEAT. Esta lógica aparentemente sencilla —caminar = minar— está cambiando silenciosamente la percepción de mucha gente sobre la “vida en la blockchain”.
Un mecanismo con miga
En esencia, consta de tres pasos: descargar la app → caminar → ganar monedas. Por cada 1.000 pasos se generan 0,95 Sweatcoin, que pueden usarse para comprar productos en el mercado de la app o convertirse en el token on-chain SWEAT para operar en exchanges.
Pero hay un detalle importante: la dificultad de minado está aumentando. Al principio, 1.000 pasos = 1 SWEAT; ahora se necesitan 3.623 pasos para 1 SWEAT y seguirá aumentando hasta 2028. Este diseño imita la lógica del halving de Bitcoin, pero utiliza una “depreciación” en vez de una “reducción a la mitad” para controlar la oferta; actualmente, el límite de emisión diaria es de 5 tokens, que se puede ampliar mediante staking.
Un ecosistema en expansión
Sweatcoin ya ha cerrado acuerdos con más de 600 marcas, incluidas grandes como Apple, Audible y Headspace, además del respaldo del NHS (Sistema Nacional de Salud del Reino Unido). Esto significa que tus monedas no solo se pueden gastar dentro de la app, sino también canjear por productos y servicios reales.
Los planes de futuro son aún más ambiciosos:
Riesgos a tener en cuenta
Presión inflacionaria: 1,2 millones de usuarios generando tokens cada día solo hace crecer la oferta. Para mantener el precio, es imprescindible un crecimiento constante de usuarios y casos de uso, justo donde STEPN fracasó en su momento.
Fidelidad del usuario: El modelo gratuito es atractivo, pero carece de la barrera de entrada NFT y la profundidad de juego de STEPN. ¿Cuánto tiempo podrá sostenerse solo con el “incentivo de caminar”? Es una incógnita.
Preocupaciones sobre la privacidad: Aunque la compañía afirma que los datos están cifrados y no se venden, el seguimiento por GPS convierte los datos de localización en un activo. Este aspecto sensible necesita una supervisión continua.
Aspectos a seguir de cerca
El renovado interés en Move-to-Earn en 2024 responde a la tendencia de fusión entre aplicaciones de salud y recompensas on-chain. El éxito de Sweatcoin no reside en el token en sí, sino en el modelo de vincular incentivos virtuales con comportamientos saludables en la vida real.
Para el inversor, esto no es un juego de “comprar tokens para ganar dinero rápido”, sino una apuesta por si el ecosistema será capaz de crear un ciclo de valor sostenible. La oferta crece, ¿podrá mantenerse el precio? ¿Llegarán nuevos usuarios de forma constante? Si estas dos preguntas tienen respuesta positiva, SWEAT tendrá una historia que contar.