El cierre del gobierno de EE. UU. se refiere a la falta de aprobación de un proyecto de ley de financiación temporal por parte del Congreso, lo que lleva a la suspensión de operaciones en departamentos no esenciales debido a la falta de fondos. La principal causa son las diferencias presupuestarias entre los dos partidos, como la presión de los republicanos para recortar gastos en 2023 y la negativa de los demócratas a comprometerse. Esto afecta a los servicios públicos (cierre de parques, latencia en visados), alrededor de 800,000 empleados quedan sin salario, y a corto plazo afecta negativamente a la economía (declive en el crecimiento del PIB). Es esencialmente un producto de la polarización política, que requiere que ambos partidos negocien y comprometan para resolverlo.