Desde la revolución de la máquina de vapor hasta la irrupción silenciosa de internet, cada ola tecnológica ha transformado el mundo de forma discreta pero profunda.
Hoy estamos a punto de vivir una transformación tecnológica aún más trascendental: la inteligencia artificial ya es capaz de «pensar», los robots han superado las fronteras de las fábricas, los semiconductores son el «nuevo petróleo» de la era inteligente y el espacio ha dejado de ser un sueño lejano para convertirse en la próxima frontera comercial.
¿Cuáles serán las tecnologías que marcarán los próximos cinco o diez años?
El último informe de McKinsey, “2025 Technology Trends Outlook”, responde a esta pregunta identificando 13 tecnologías punteras con capacidad para transformar el entorno empresarial global. El informe analiza la evolución de estas tecnologías en cuatro ejes: innovación, atención del mercado, inversión de capital y madurez de aplicación.

El capital se está volcando en la IA, la energía y sostenibilidad del futuro y la movilidad de nueva generación, sectores que avanzan desde la innovación técnica hacia el despliegue a gran escala. La IA sobresale claramente tanto en innovación como en protagonismo de mercado.
Por el contrario, tecnologías como los semiconductores específicos, la conectividad avanzada, la bioingeniería de nueva generación, la computación en la nube y en el borde, la confianza digital y la ciberseguridad, aunque menos visibles que la IA, se han consolidado como la «infraestructura» de la sociedad digital y ya rozan la escala industrial.
La realidad inmersiva, la tecnología espacial del futuro, la robótica avanzada, las tecnologías cuánticas y los agentes de IA siguen en fase de incubación, pero su potencial disruptivo es incuestionable. Asimismo, los agentes de IA son una de las tendencias de mayor crecimiento, con 1,1 mil millones de dólares de inversión en 2024, un incremento interanual del 1 562 %.

Visitas a las Grutas de Yungang con gafas de realidad aumentada
Cada una de estas tendencias tecnológicas está llamada a transformar sectores y ya constituye una ventaja competitiva esencial para países y empresas.
En China, estas tecnologías forman parte de la hoja de ruta estratégica nacional hasta 2035, con objetivos de desarrollo concretos. Por ejemplo, se prevé que el sector espacial del futuro supere los 800 000 millones de yuanes en 2030, con foco en vuelos tripulados a baja altitud, exploración de espacio profundo y océanos, y desarrollo polar.
Hemos sintetizado los principales hallazgos y datos del informe de McKinsey para ofrecerte las novedades, tendencias y demandas de talento en estos campos.
McKinsey agrupa estas 13 tecnologías punteras en tres categorías según su naturaleza: la Revolución de la IA, las Fronteras de la Computación y la Conectividad, y la Ingeniería Avanzada.
Cada grupo desempeña una función propia: uno «piensa», otro «conecta» y otro «actúa». Juntos se entrelazan y se potencian, dibujando el panorama tecnológico de la próxima década.
◎ La primera categoría, la Revolución de la IA, abarca la IA y los agentes de IA. A medida que crece la influencia de la IA, sus costes se desploman: algunas tareas de inferencia cuestan hoy 900 veces menos que hace un año.
McKinsey destaca que la IA, además de ser una innovación revolucionaria y estratégica, impulsa el avance de otros ámbitos y genera nuevas «oportunidades de negocio» en sus intersecciones; por ejemplo, como catalizador clave para los semiconductores específicos.
La tecnología de agentes de IA se ha convertido rápidamente en un foco de atención para empresas y consumidores. Los agentes de IA actúan como «colegas virtuales» capaces de planificar y ejecutar de forma autónoma tareas complejas en varios pasos.
Las grandes compañías están integrando capacidades de agente en productos de IA existentes o creando nuevas aplicaciones especializadas, con avances notables en áreas como el desarrollo de software y las matemáticas, donde existen grandes conjuntos de datos de entrenamiento.
El mercado muestra gran dinamismo. MarketsandMarkets prevé que el mercado de agentes de IA pase de 5,1 mil millones de dólares en 2024 a 47,1 mil millones en 2030, con una tasa anual de crecimiento compuesto del 44,8 %.
◎ La segunda categoría, Fronteras de la Computación y la Conectividad, constituye la «columna vertebral» de la IA y el mundo digital. Incluye semiconductores específicos, conectividad avanzada, computación en la nube y en el borde, realidad inmersiva, confianza digital y ciberseguridad, y tecnologías cuánticas.
Los semiconductores específicos destacan como gran tendencia. Estos chips, diseñados para cargas de trabajo de IA, se han convertido en el «nuevo petróleo» tecnológico, liderando todas las tendencias en solicitudes de patentes y atrayendo 7,5 mil millones de dólares de inversión el año pasado.

La demanda insaciable de potencia de cálculo para la IA impulsa el auge de la computación en la nube y en el borde. McKinsey estima que, en 2030, la demanda global de capacidad de centros de datos podría triplicarse, y cerca del 70 % estaría impulsada por cargas de IA.
La conectividad avanzada ha llevado el 5G a 2 250 millones de usuarios en todo el mundo, con China liderando los despliegues de redes independientes. El 6G se perfila en el horizonte, aportando nuevas capacidades como la detección integrada. En realidad inmersiva, la AR/VR se expande del gaming a la salud y el diseño industrial, con dispositivos como Apple Vision Pro y Meta Quest redefiniendo la interacción humano-máquina. En tecnología cuántica, empresas como Google, IBM y Microsoft logran avances en corrección de errores y estabilidad, aunque el sector sigue en la frontera.
Estas tecnologías son como las rutas y paradas de la antigua Ruta de la Seda: no producen bienes directamente, pero determinan la escala y los límites del comercio.
◎ La tercera categoría, Ingeniería Avanzada, incluye robótica avanzada, movilidad del futuro, bioingeniería de próxima generación, tecnologías espaciales y energía y sostenibilidad. Estos sectores «materializan» las capacidades digitales, llevando la tecnología del entorno virtual al mundo real.
En los últimos sesenta años, los robots se han asentado en la industria avanzada, con más de 4 millones de robots industriales en sectores como la automoción. La IA acelera la expansión de la robótica en aeropuertos, grandes superficies y restauración. Ani Kelkar, socio de McKinsey, prevé que este mercado alcance los 900 000 millones de dólares en 2040.
En movilidad, el mercado chino de vehículos eléctricos creció un 36 % pese a la coyuntura global. La conducción autónoma, la entrega con drones y los taxis aéreos pasan de concepto a piloto y a realidad comercial. Para 2034, se espera que el mercado comercial de entrega con drones alcance los 2,9 mil millones de dólares, con una tasa anual de crecimiento compuesto del 40 %.
La bioingeniería de próxima generación aprovecha tecnologías como la edición genética y la biología sintética para mejorar la salud, potenciar capacidades humanas, transformar la cadena alimentaria y crear productos innovadores. La edición genética CRISPR ha recibido la primera aprobación de la FDA, y la IA reduce drásticamente el coste y el tiempo de desarrollo de nuevos fármacos. El Nobel de Química 2024 ha premiado a tres científicos que emplean IA para predecir y diseñar proteínas.
En energía y sostenibilidad, China lidera la fabricación mundial de paneles solares y representa el 60 % de la capacidad global de electrolizadores de hidrógeno. La energía nuclear destaca por su capacidad de suministro estable, con 31 países comprometidos a triplicar su capacidad nuclear para 2050.

Brazos robóticos inteligentes optimizan la fabricación de paneles fotovoltaicos
El informe de McKinsey señala seis grandes tendencias que sirven de hoja de ruta para monitorizar estas 13 tecnologías punteras.
① El auge de los sistemas autónomos
Los sistemas han dejado de limitarse a ejecutar órdenes: ahora aprenden, se adaptan y colaboran.
Cuando los agentes de IA planifican flujos de trabajo de forma autónoma, los robots se adaptan a entornos desconocidos y los coches autónomos circulan por ciudades complejas, surge la pregunta: ¿qué nos queda como humanos? La respuesta está en la creatividad, el juicio ético y la visión estratégica, cualidades difíciles de replicar por las máquinas.

Vehículos autónomos ya operan comercialmente
② Nuevas formas de colaboración humano-máquina
La interacción humano-máquina entra en una nueva era, con interfaces más naturales, entrada multimodal e inteligencia adaptativa. La frontera entre «operador» y «co-creador» se difumina.
Desde entornos de formación inmersivos y robótica háptica hasta asistentes de voz y wearables con sensores, la tecnología responde cada vez mejor a la intención humana. Esta evolución cambia el paradigma de «máquinas que sustituyen a humanos» por el de «máquinas que amplifican las capacidades humanas».
③ El reto de la escalabilidad
La demanda creciente de cargas de trabajo intensivas en computación —especialmente desde agentes de IA, robótica avanzada y realidad inmersiva— está tensionando la infraestructura global. Faltan recursos energéticos, las cadenas de suministro de chips son frágiles y los plazos de construcción de centros de datos, largos.
Escalar estas tecnologías requiere no solo soluciones técnicas y arquitectónicas, sino también abordar retos de talento, políticas y ejecución. La prosperidad digital depende de una base física robusta.

Técnicos supervisan equipos de producción de chips
④ Competencia regional y nacional
El control de las tecnologías clave es ahora el eje de la competencia global. Estados Unidos y China compiten ferozmente en semiconductores, IA y computación cuántica, mientras Europa busca la soberanía digital con regulaciones como la Ley de IA.
La tecnología se ha convertido en pilar de la seguridad nacional y la soberanía económica, y ya no es un bien público sin fronteras. Este entorno dificulta la colaboración global, pero también impulsa a las regiones a desarrollar ventajas propias.
⑤ Escala y especialización avanzan en paralelo
La innovación en servicios cloud y conectividad avanzada impulsa tanto la escala como la especialización. La infraestructura para entrenar modelos de propósito general crece rápidamente en grandes centros de datos de alto consumo energético. Por otro lado, la innovación en el borde avanza, con tecnología de bajo consumo integrada en móviles, automóviles, sistemas domésticos y dispositivos industriales.
Este doble avance ha dado lugar tanto a modelos lingüísticos masivos como a una variedad creciente de herramientas de IA especializadas capaces de operar en cualquier entorno.
⑥ La necesidad de la innovación responsable
A medida que la tecnología se vuelve más potente y personalizada, la confianza se convierte en la principal barrera para su adopción. Las empresas deben demostrar que sus modelos de IA, la edición genética o las plataformas inmersivas son transparentes, justos y responsables.
Las consideraciones éticas ya no son solo lo correcto. Constituyen palancas estratégicas que pueden impulsar o frenar la escala, la inversión y el impacto a largo plazo.
Analicemos las “perspectivas financieras” y el “panorama de talento” de estas tecnologías punteras: ¿dónde confluyen capital y talento?
En 2024, la inversión en estas 13 tecnologías punteras sigue creciendo, y la IA junto con la computación en la nube/en el borde lideran tanto en volumen como en ritmo de crecimiento.

Los cinco principales destinos de capital en 2024 son: energía y sostenibilidad del futuro (223,2 mil millones de dólares), movilidad del futuro (131,6 mil millones), IA (124,3 mil millones), computación en la nube y en el borde (80,8 mil millones) y confianza digital y ciberseguridad (77,8 mil millones).
La tecnología de agentes de IA es el segmento de mayor crecimiento, con una inversión que sube un 1 562 % en 2024. La bioingeniería de próxima generación y la computación en la nube/en el borde llevan dos años consecutivos de aumento de financiación. Tras una breve pausa, la inversión en IA y robótica avanzada supera ya los niveles de hace dos años.
Junto a los flujos de capital, la competencia por el talento es feroz.
McKinsey destaca que en 2024, seis de las tecnologías punteras experimentan un aumento en la demanda de empleo. Los puestos para agentes de IA crecen un 985 %, mientras que los de IA y semiconductores específicos aumentan un 35 % y un 22 %, respectivamente. Los desarrolladores de software son los profesionales más demandados.

Estas relaciones de demanda de talento evidencian una realidad: la tecnología avanza mucho más rápido que la formación de talento. La brecha es especialmente amplia en IA y semiconductores específicos, los sectores más demandados hoy.
La necesidad de científicos de datos en IA es especialmente acuciante, con una relación oferta-demanda de solo 0,5 (dos vacantes por cada candidato). Las empresas compiten intensamente por perfiles con dominio de Python para procesamiento de datos y construcción de modelos. En semiconductores específicos, la brecha es aún mayor: solo hay un candidato cualificado por cada diez vacantes para expertos en arquitectura GPU y hardware para aprendizaje automático.
En áreas interdisciplinares como robótica avanzada y bioingeniería de próxima generación, crece la demanda de perfiles híbridos. La robótica avanzada requiere tanto ingenieros mecánicos como expertos en IA/software, con una relación de 0,2 para quienes tienen competencias en IA. En bioingeniería, los profesionales capaces de diseñar brazos robóticos y programarlos para agarre inteligente son aún más escasos.
La energía del futuro, la sostenibilidad y la tecnología espacial —ámbitos que definirán el futuro de la humanidad— afrontan aún mayores carencias. Los expertos en competencias verdes para energía limpia y sostenibilidad presentan una relación inferior a 0,1: menos de un candidato cualificado por cada diez vacantes. Aunque la contratación global en tecnología espacial haya descendido, la demanda de desarrolladores de software y expertos en Python sigue siendo alta a medida que crecen los volúmenes de datos satelitales diarios.
Estos datos demuestran que el talento del futuro debe ir más allá de la programación. Los profesionales más valiosos de la próxima década combinarán «tecnología + aplicación», «software + hardware» y «algoritmo + ética».
Desde la antesala de esta nueva era tecnológica, China ocupa una posición compleja y matizada.
En la capa de aplicación, los logros son notables: amplia cobertura 5G, fuerte penetración de vehículos eléctricos, liderazgo en fabricación solar y despliegues comerciales de drones: auténticas «ventajas chinas». Pero en la capa fundamental persisten riesgos en semiconductores, modelos base de IA, computación cuántica y biotecnología farmacéutica innovadora.
El negocio de entrega con drones de Meituan está experimentando un crecimiento significativo
El informe de McKinsey aporta una clave: la competencia futura no girará en torno a avances puntuales, sino a ecosistemas, formación de talento y valores.





